Hong Kong: ejemplo para los venezolanos
Hong Kong, oficialmente Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China, aunque ya hemos escrito sobre el tema, es una de las dos regiones administrativas especiales que existen en la República Popular China. Situado en la zona de Asia Oriental, posee una superficie total de 1.104,4 km² divididos entre la isla de Hong Kong, Kowloon y los territorios anexos.
Su establecimiento como colonia británica fue consecuencia de la Primera Guerra del Opio, que derivó en la firma del Tratado de Nankín. El protectorado estuvo vigente por más de un siglo y medio, época en la que la región experimentó una significativa transformación motivada primordialmente por el impulso a su infraestructura, el crecimiento poblacional y la inversión extranjera e industrial. En la Segunda Guerra Mundial, los japoneses ocuparon el territorio hasta 1945, cuando el Imperio británico volvió a retomar el control. A mediados de 1997 se hizo efectiva la transferencia definitiva de su soberanía a China, aunque debido al principio de un país, dos sistemas, Hong Kong tiene un nivel de autonomía superior a otras regiones del país. Su economía se caracteriza por ser de libre mercado y enfocada al sector servicios. Además cuenta con una de las bolsas de valores más grandes del mundo en términos de capitalización de mercado.
Después de recordar lo que significa Hong Kong para China y de haberle servido su sistema capitalista para el ingreso de millones de dólares, por cuestiones políticas se atrevió China a querer violar las resoluciones que se tomaron cuando pasó de las manos británicas. Una de ellas era que no podían extraditar a hongkoneses a China por acusaciones de carácter político. Este pequeño pedazo de país tiene una Corte Penal muy seria y, por supuesto, no confían en los jueces chinos, impidiendo así la extradición.
Contra una potencia. Dictada la resolución del Gobierno chino, el pueblo se levantó inmediatamente y sin temor a golpes, gases lacrimógenos y otros actos de- violación de los derechos humanos salieron a las calles a defender sus derechos. Se inventaron los paraguas para desviar los gases lacrimógenos y la reacción suspendió el movimiento total de la ciudad.
Con la resolución de un pueblo unido, la gran potencia militar y económica de la República China cedió y dejó sin efecto la disposición que había dictado.
Considero que ha sido un ejemplo mundial de lo que logra un pueblo cuando se une para defender sus derechos.
La situación de Venezuela. Mientras tanto, ¿qué pasa en el otro lado del mundo? Millones de venezolanos abandonan su país porque, desgraciadamente, no han tenido el valor de enfrentarse a las fuerzas de choque armadas por el gobierno de Maduro. Guaidó, el líder de la oposición, a más de convocar a manifestaciones que cada vez eran menores, se dedicó a conseguir el reconocimiento de su gobierno provisional de 50 país, que lo aceptaron, ofrecieron ayuda y nada más. Igual pasa en los organismos internacionales. Se quiere aplicar el TIAR, pero todo eso se ha convertido solo en debates jurídicos en los organismos a los que Guaidó ha recurrido. La última esperanza era EE. UU. Trump tiene demasiados problemas pendientes con China e Irán y únicamente ha dispuesto que se apliquen medidas económicas. Cada vez hay menos alimentos, menos combustibles y el pueblo prefiere abandonar su país antes que enfrentarse a la dictadura que vive.
Meditemos un momento y tendremos que concluir que si esos millones se unían, como en Hong Kong, las hordas militares bolivarianas, asesoradas y reforzadas por cubanos y rusos, no se hubieran atrevido a llevar a cabo una matanza de esos millones de seres que lo que pedían eran nuevas elecciones y la renuncia de Maduro.
En este caso, hay que utilizar el ya conocido grito de que “el pueblo unido jamás será vencido”. Para los venezolanos fue más fácil irse del país para repartirse en varias naciones de Suramérica. En Ecuador, han tenido el valor de tomarse el puente de Rumichaca y causar graves problemas. Hubiera sido interesante que usen esa misma reacción en su propio país.
Mientras tanto, Maduro ha viajado a Rusia para entrevistarse con Putin. Creemos que de esas conversaciones Rusia sacará más provecho. Lo que pretende Putin es conseguir la autorización para explotar las minas de hierro y otros metales que le interesan a Rusia, porque, podríamos afirmar, casi seguro que Putin no va a crearse un problema con EE. UU., del cual, en estos momentos, saldría perdiendo.
La situación en Venezuela se pone cada día más grave, pero Maduro y sus fuerzas de choque prefieren usar mil artimañas para mantenerse en el poder. Incluso ha aceptado que el arreglo que propone Noruega podría beneficiarlos y ha tenido la habilidad de dividir la oposición porque ya hay un grupo que prefiere seguir las conversaciones en busca de una solución.
Conclusión. Van pasando los meses y el pueblo venezolano no reacciona, prefiere buscar nuevos horizontes, a sabiendas de que el Derecho Humanitario los favorece. Por ejemplo, en el caso de Ecuador, se han tomado medidas importantes, como el censo de los venezolanos que están ilegales, pero nada los detendrá. Ojalá que las conversaciones de Trump con el presidente Moreno tengan algún resultado. Para nosotros es una de las últimas medidas que nos queda para detener la enorme invasión de venezolanos.