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En los contratos que realizó el Hospital del Niño presentan inconsistenciasarchivo

El Hospital del Niño compra más caro que otras clínicas

El Francisco de Icaza cancela $ 2,73 por un yogur de 200 ml, mientras que el Enrique Garcés paga 60 centavos

Uno de los contratos más cuantiosos firmados, en lo que va de este año, en el Hospital del Niño Francisco de Icaza Bustamante es la provisión de alimentos para los pequeños que están internados y para el personal que allí labora.

El 18 de enero de 2024, el gerente Jacinto Gabriel Vera Zamora adjudicó un contrato de 1’028.629 dólares para proveer de productos perecibles, no perecibles, cárnicos, lácteos y de panadería, que servirán para el servicio de alimentación y dietética durante 327 días.

El contrato fue adjudicado a Jesús Alberto Vera Arteaga, un comerciante de 27 años, cuya única experiencia previa con el Estado era haber hecho, en 2023, el mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos que se usan en la cocina del mismo Hospital del Niño, como son las mangueras por donde pasa el gas, quemadores, puertas metálicas, carritos, bandejas, etc.

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Si bien el acuerdo ya está en ejecución, hay varias inconsistencias que resultan de la revisión de los documentos que están en el portal del Servicio Nacional de Contratación Pública.

La primera son los precios. El Hospital del Niño, ubicado en Guayaquil, compró a Vera Arteaga 163 tipos de productos entre verduras, frutas, hortalizas, leguminosas, conservas, pastas, harinas, carnes, pescados, mariscos, y a todos los englobó bajo el código CPC 211323013, que se usa para adquirir pollo, según el Servicio de Contratación Pública.

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Con este código, el Hospital compró 42.570 litros de leche entera, por los que pagó 1,31 dólares por cada uno, y 800 litros de leche semidescremada, por los que desembolsó 1,36 dólares por cada uno. El precio de venta al público del litro de leche está entre 93 centavos y 1,22 dólares. La leche semidescremada se encuentra entre 1,11 y 1,29 dólares.

¿Qué pasa si se compra en grandes cantidades? Eso hizo en noviembre pasado el Hospital Enrique Garcés, ubicado en el sur de Quito. Adquirió 13.140 litros de leche semidescremada en 90 centavos de dólar.

Otro producto catalogado como pollo que adquirió el Hospital Francisco de Icaza Bustamante fue 1.760 botellas de yogur de 200 mililitros de varios sabores. Por cada frasco pagó 2,73 dólares, mientras que el Hospital Enríquez Garcés compró 1.500 frascos de 200 ml a 60 centavos cada uno.

Hay más productos que siguen el mismo patrón. El Hospital Francisco de Icaza adquirió la libra de camarón en 6,28 dólares. Además, por cada litro de aceite Mazola (aceite de maíz) pagó 19,45 dólares; la Tapioca (presentación de 400 g) la consigue en 3,56 dólares; por cada unidad de alcaparra paga 16,05 dólares; la caja de té de 32 g la compró en 2,18 dólares; por la margarina (500 g) desembolsó 3,49 dólares; el frasco de tomillo de 20 g está en 1,99 dólares; cada huevo en 28 centavos; y por una cabeza de brócoli el hospital pagó 1,30 dólares.

Todos estos alimentos tienen en el mercado un precio de venta al público menor que el cancelado por el Hospital Francisco de Icaza, según la lista de precios de los supermercados más grandes del país. Y si se realizan compras al por mayor, el precio es todavía menor (ver infografía).

Este Diario buscó la versión del Hospital del Niño, pero hasta el cierre de esta edición no respondió. Sin embargo, en el portal del Servicio de Contratación Pública consta que este centro médico es el único en el país que en 2023 y en 2024 ha usado el código de contratación pública determinado para pollo para conseguir una gran variedad de alimentos de todo tipo.

En 2023, pagó 881.713,62 dólares por un contrato similar, que le fue adjudicado a Gabriela Vazques Rosales. Otros hospitales, como el Enrique Garcés o Eugenio Espejo, incluso otras entidades como prefecturas y alcaldías, usan un código específico para cada producto.

El simple hecho de catalogar bien los bienes a adquirir les permite a los funcionarios públicos comparar los costos que otras entidades públicas han pagado y hacer un estudio económico más ajustado a la realidad.

Una subasta beneficiosa

El proveedor Jesús Vera Arteaga fue calificado por el Hospital del Niño para participar de la subasta inversa electrónica, junto con un proveedor extranjero. El Reglamento de Contratación Pública establece que la entidad pública dará preferencia a los proveedores nacionales. Este Diario buscó al proveedor, pero no fue posible ubicarlo en el número registrado.

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