Hospital de la red de Salud Pública funge como guarida de reos y criminales

Nadie habla, todos temen. La fuga de dos reos que se encontraban hospitalizados hace más de un mes en el Hospital Monte Sinaí ventiló algo que se sabe 'casa adentro' pero que nadie se anima a denunciar por temor a ser asesinado: que los grupos narcocriminales han permeado la Salud Pública y la usan a su antojo y bajo sus condiciones.

"Ese fue el acuerdo de gerencia del Hospital con las bandas. Ellos brindan "protección" a cambio de buena atención médica y que no notifiquemos código plata, en caso de que uno de ellos llegue con herida de bala. Se le de una habitación aislada con todo, así como se les permita el ingreso de todo", cuenta a EXPRESO un informante al que llamaremos, por seguridad, Carlos.  

Carlos, quien laboró para uno de los hospitales de la red de salud pública narró, sin dar mayores detalles de quiénes aceptaron dicho acuerdo, que suena más bien a extorsión, que lo que sucedió en el Hospital Monte Sinaí, el pasado 10 de mayo, no es nuevo para el personal médico que ahí labora, pues el "acuerdo" no solo cubre a los miembros de bandas que lleguen heridos de bala, también es para los reos que están cumpliendo una sentencia en la cárcel y son derivados estas casas de salud.

 "Ya venían con una derivación y aceptados por el gerente o por el director asistencial para que sean admitidos por emergencia. La mayoría de veces sí eran causas reales, por aumento de la presión arterial o por algún trauma, pero eran causas que no necesitaban estar más de una semana. Sin embargo, se les prorrogaba la estadía por "órdenes de más arriba" y se justificaba con que tuvo alguna recaída o infección", cuenta Carlos, quien renunció a su cargo por seguridad. 

La zozobra que siembran estos grupos criminales no solo se siente dentro de la casa hospitalaria, también afuera, pues llegan con un arsenal que vela por su seguridad en los exteriores de la casa de salud: "Es una situación exasperante, porque cada vez que venía un paciente así, sabíamos que afuera había carros polarizados con gente armada por si acaso. De paso, había que lidiar con cosas que no estaban en nuestras manos, desde la misma condición en la que venía el paciente (ya más allá que acá) hasta el desabastecimiento de medicamentos y la falta de camas disponibles", relata Carlos, quien asegura que la situación sigue siendo la misma en la actualidad, según relatan sus colegas.

Este Diario consultó al Ministerio de Salud Pública (MSP) y al Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) para conocer si tienen conocimiento de denuncias como estas, si tienen un control de los reos que permanecen por más de un mes internados en estas casas hospitalarias y si cuentan con el resguardo policial para que estos no burlen los filtros de seguridad. Sin embargo, hasta el cierre de este reportaje no se pudo establecer comunicación con ninguna de las dos entidades.  

Al igual que Carlos, otro denunciante que actualmente labora para un hospital de la red de salud pública relató a EXPRESO que hay más de un reo internado en la casa de salud sin una justificación médica válida. Es más, aseguran a este Diario que "llevan más de un mes y nadie dice nada por temor".

Una fuga de la que nadie habla

A pesar de tener un historial delictivo por plagio y asesinato, dos presos fueron dejados sin vigilancia y se escaparon la madrugada de el 10 de mayo de 2024 del hospital de Monte Sinaí, al noroeste de Guayaquil, donde ya tenían internados más de un mes.

Uno de los prófugos es José Luis Mera Holguín, de 34 años y quien se dedicaba al secuestro. Tenía 40 días internado en el hospital cuando se escapó. Según los datos públicos del Consejo de la Judicatura, Mera cumplía desde el 2014 una sentencia de 10 años por secuestro. A esto se suman los nueve procesos judiciales a su nombre, 5 por plagio y 4 por asesinato.

El otro fugitivo es Francisco Manuel Bermúdez Cagua, quien tiene un único proceso judicial por asesinato, por el cual fue sentenciado a 40 años de prisión. Tenía 67 días internado en el Hospital de la red de Salud Pública. 

La denuncia sobre la estadía injustificada de los presos se dio horas antes de la fuga, pues personal que labora en la casa hospitalaria informó, de manera anónima, que los reos no solo infundían temor al personal médico, ingresaban drogas y hacían fiestas en las habitaciones, también señalaron que uno de ellos había abusado sexualmente de una mujer que laboraba en el área de limpieza.  

Respecto a esta última denuncia, ni el Ministerio de Salud Pública ni el SNAI se han pronunciado. 

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