Los huertos urbanos se toman la capital
Un programa impulsa la agricultura en patios y terrazas de Quito para paliar el hambre. El Bicentenario tendrá el primer jardín comunal.
En medio del ruidoso paso de buses y autos que marcan el ritmo de El Trébol, en el centro de Quito, Dora Carrión es propietaria de un oasis.
Hace seis años, cansada de buscar trabajo sin éxito, convirtió el patio de su casa en un huerto que hoy alimenta a cerca de un centenar de personas. “Mi edad era un problema. Nadie me quería dar trabajo porque estaba “muy mayor”, aunque a duras penas pasaba los cuarenta años. Mi huerto me ha permitido ganarme el sustento y sentirme útil”, subraya.
Tomates, nabos, lechugas y pollos criollos son sus productos estrella. Desde el inicio de la pandemia, hasta su huerto no solo llegan sus vecinos, sino también clientes de otros barrios como El Madrigal, que se enteraron de la iniciativa por el “boca a boca”.
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Leer másWilson Merino, director ejecutivo de la Agencia de Promoción Económica Conquito, indica que esta realidad también se ha replicado en numerosos huertos urbanos de la capital, a los que apoyan a través del programa Agrupar. Este se dedica a la promoción del cultivo citadino en viviendas particulares, escuelas, universidades, asilos e incluso casas de salud.
“A diferencia de otros programas de Conquito, este no había tenido tanta visibilidad, pero la pandemia lo sacó a la luz. Como era tan difícil proveerse de alimentos, los huertos se convirtieron en una opción para las personas, y rápidamente fueron ganando interés”, reflexionó.
Actualmente la ciudad cuenta con 1.500 huertos activos, 300 de los cuales se iniciaron durante la emergencia sanitaria. “Los huertos urbanos no solucionan el problema del hambre, que solo en el Distrito Metropolitano de Quito es del 3,6 %, pero son una manera de luchar contra el hambre y de recomponer el tejido social”, comentó.
Según datos recientes de la entidad, los huertos activos en la ciudad producen 1.063 toneladas de alimentos anualmente, y el 49 % de los víveres son para consumo de los productores y sus familias. El otro 51 % se comercializa, y con ello los adscritos generan un promedio de $ 170 mensuales.
El próximo año, Conquito alista una nueva propuesta, el primer huerto comunitario a gran escala, que abrirá sus puertas en el parque Bicentenario, donde se edificará el Centro de Interpretación de la Agricultura Urbana, donde habrá parcelas para cultivos comunales.
“La idea es poner los ojos en el campo, sobre todo en una ciudad donde solo el 5 % de todos los productos agrícolas se cultivan localmente (…) Quito tiene muchos lotes baldíos que son propiedad del Municipio, plazas, parques. Llevar este proyecto hacia lo público es nuestro reto a futuro”.
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A través de una alianza firmada el pasado 5 de noviembre con integrantes de municipios como los de Manta, Pablo Arenas, Cahuasquí, Tumbabiro y Tulcán, universidades y la Red Huerto Hope Bosque (Galápagos), Conquito espera que el programa Agrupar se pueda replicar a nivel nacional.
“Quienes asumimos la agricultura urbana como elemento esencial del metabolismo de las ciudades, debemos propiciar que los gobiernos locales, redes y agencias de cooperación, a replicarla”, agregó Merino.