La identidad de Guacho se modifica según el país
El líder de Óliver Sinisterra tiene cédulas en Ecuador y en Colombia. Las autoridades le adjudican secuestros, extorsiones y asesinatos.
Desde joven, Walther Patricio Arízala, alias Guacho, se mudó de su natal Limones, en San Lorenzo, Esmeraldas, a Colombia, y obtuvo en ese país otra identidad.
Al menos tres personas han asegurado a las autoridades que Arízala, en el vecino país, se llama Luis Pai Jiménez. Según su registro, nació el 9 de agosto de 1989 en Tumaco, Nariño. La última renovación de su documento de identidad fue el 4 de marzo de 2016.
La información consta en documentos a los que accedió EXPRESO y que fueron anexados al expediente que investiga la Fiscalía de Colombia sobre el secuestro y asesinato de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, del equipo de diario el Comercio.
Guacho, líder del grupo narcoterrorista Óliver Sinisterra, se atribuyó ese secuestro, ocurrido el 26 de marzo en Mataje.
Las autoridades adjudican a Guacho y a su grupo al menos 10 atentados ocurridos en parroquias de San Lorenzo. Entre ellos la explosión del destacamento policial de San Lorenzo, el atentado a la torre de transmisión de Quinindé y el asesinato de cuatro marinos en Mataje, el 20 de marzo.
Guacho fue vinculado, con orden de prisión, a los dos primeros atentados. Ayer, en Quinindé, debía efectuarse la audiencia preparatoria de juicio por terrorismo, pero se declaró fallida por la ausencia de los defensores de cinco procesados, entre ellos el de Guacho.
El 17 de agosto habrá otra audiencia por delincuencia organizada para Guacho y 27 personas investigadas por la destrucción del cuartel policial.
En Colombia, las autoridades están cerca de lograr su captura. Los operativos han llegado cerca de su anillo de seguridad, pero él ha logrado evadir la detención por túneles y con un sistema de vigilancia con drones que posee. Cercanos colaboradores han sido apresados en ese país y en Ecuador.
Según las investigaciones, el grupo de Guacho está integrado por unas 120 personas con uniforme y 180 que forman la red de apoyo. Operan por los ríos Mira, Mataje, Guiza y Nulpe, y en al menos 24 veredas y poblaciones de los dos países, entre ellas Los Cocos (donde se encontraron los cuerpos de Javier, Paúl y Efraín).
El financiamiento de los terroristas proviene de los cultivos ilegales, producción, planificación, coordinación, comercialización y tráfico de drogas, secuestro y extorsión. En Colombia han incendiado buses para presionar el pago de extorsiones, han hecho atentados al oleoducto, ataque a torres de electricidad, asesinato de policías, secuestros, entre otras actividades delincuenciales.