La identidad del suicida de Puerto Santa Ana sigue siendo un misterio
El día de la tragedia, ocurrida hace un mes, la Policía dijo que era ecuatoriano. Testigos aseguran que su nacionalidad era otra.
Anthony, Ángel, Carlos Alberto. Estos son los nombres que se atribuyeron al hombre que se lanzó desde el piso 17 de un edificio de Puerto Santa Ana, en el norte de Guayaquil, el 1 de febrero de 2022, y cuyo cuerpo nadie reclama aún en el Laboratorio de Ciencias Forenses. En este caso hay más interrogantes que certezas.
Desprotegidos ante el crimen y la omisión en Guayaquil
Leer másAgentes y socorristas que estuvieron en el departamento aquel día, escucharon que el suicida se identificó primero como Anthony, luego como Ángel Vera Vera. Sin embargo en el lugar se halló una cédula de identidad con su fotografía y con los siguientes datos: Carlos Alberto Vera Espinoza, ecuatoriano, nacido en Simón Bolívar (Guayas), 43 años.
Preliminarmente se informó que en el momento en que la víctima estaba sentada en la ventana, empuñando un cuchillo y amenazando con lanzarse, un supuesto “hermano” se encontraba dentro del apartamento. Sin embargo, ni este ni ningún otro allegado, se ha acercado hasta este 14 de marzo a la morgue, para retirar el cuerpo.
El teniente Hamilton Flor, jefe de la comisión de psicólogos del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, compartió que la idea de quitarse la vida nació de un pleito con su hermano. ¿El centro de la pelea? Su allegado no compartía la misma fe.
Sin embargo, según Fiscalía, las investigaciones no han procedido debido a que esta institución abre un caso para este tipo de decesos solo cuando la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida (Dinased) lo requiera o en caso de que algún familiar coloque una denuncia.
“No tengo conocimiento de lo que ha sucedido con el caso”, manifestó Marjorie Escobar, encargada de flagrancia de la Fiscalía, luego de que la fiscal provincial la delegara para hablar sobre el tema. “Tampoco consta entre los partes del Consejo de la Judicatura (sitio web de acceso público). Esto quiere decir que no se ha iniciado indagación”, explicó Escobar.
Guayaquil: Tres heridos en un juego mecánico
Leer másQUIÉN ERA
La víctima celebraría el 4 de marzo su cumpleaños número 44, según el documento de identificación. Era soltero y se desempeñaba como comerciante, según información que consta en el Registro Civil. Este fue identificado como ecuatoriano luego de que sus huellas aparecieran en el sistema nacional, a pesar de que él habría declarado ser extranjero.
En el Registro Civil también constan dos mujeres como sus hermanas paternas: Digna Vera, de 107 años, y Elena Vera, de 63.
Una fuente aseguró a EXTRA que dentro del departamento se encontró un pasaporte de otra nacionalidad perteneciente al suicida con el mismo nombre (Carlos Alberto Vera Espinoza), pero con otro número de identificación; además de pipas con marihuana para consumo personal.
Según lo recabado en el momento por la Policía, el hombre laboraba en una empresa de seguridad sin especificar el cargo; no obstante, no figuraba como afiliado al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.
En cambio, el Servicio de Rentas Internas reconoció que generó un RUC, que todavía se encuentra activo por venta al por mayor de artículos de bazar, en 2017, pero no tributó.
El negocio fue domiciliado en Rumichaca 213 y Piedrahíta, centro, donde existe un inmueble que primero le perteneció a la familia Garaycoa y ahora la habitan los Vera Garcés.
“Aquí nunca hubo un negocio o algo parecido. Mis padres compraron esta casa hace casi seis años”, contó Steven Vera, quien reside en esa vivienda. Esta familia, que tiene el mismo apellido que el suicida, aseguró no tener ningún parentesco con Carlos Alberto.
UN CASO MISTERIOSO
El hombre era “arisco”, describió uno de los colaboradores de un minimarket ubicado en la planta baja del edificio en el que vivía. En este local solía comprar sus alimentos.
Carlos Alberto y su ‘ñaño’, de quien se desconoce el nombre, habitaban en una suite doble en el último piso del edificio Bellini I. Ocupaban los departamentos 03 y 04. Residían en ese complejo hace aproximadamente dos meses y no solían recibir visitas, pero las únicas personas que ingresaron “en un par de ocasiones” fueron una mujer con tres niños.
Junto a una iglesia del sur de Guayaquil abandonaron el cadáver de un hombre
Leer másSu supuesto hermano, quien se habría encerrado en una habitación luego de que lo amenazara, “desapareció desde el día que el hombre se suicidó”, contó el recepcionista del edificio, quien no reveló su identidad.
¿OCULTABA ALGO?
El psicólogo Segundo Romero, quien se desempeñó como perito forense de la Policía Nacional, sostiene que, teniendo en cuenta estos antecedentes, “se podría estar ocultando algo y hasta falsificando una identidad”.
Con él coincide un oficial retirado de la Policía Nacional -prefiere mantener en reserva su nombre- y explicó que en el proceso investigativo que se debe seguir en casos similares se establecen objetivos generales y específicos: “El principal debió haber sido la identidad plena de este ciudadano por todos los vacíos existentes en ese momento. Posterior, se debería recurrir a los hechos porque a través de ellos se pueden notar eventos delictivos, en caso de que así sea. Entre esos eventos está la suplantación de personas, que considero por ahí va esto. Luego, todo lo que aporte a dar con autores, coautores y cómplices”.
Al haber la posibilidad de que se trate de un extranjero, este Diario consultó al subsecretario de migración, general Fausto Olivo Cerda, sin embargo, su asistente ejecutivo manifestó que no se podía pronunciar por el momento “porque este caso todavía se encuentra en instrucción fiscal”. Y agregó que “el autor de su muerte fue él mismo, lo que dificulta aún más la investigación”.
El Registro Civil no se pronunció sobre los datos del individuo hasta el cierre de esta edición. Tampoco el coronel Henry Herrera, jefe de Dinased, a pesar de haber sido contactado por este diario el viernes 4 de marzo.
Finalmente, por parte del departamento de Criminalística, el coronel Carlos Perugachi prefirió no especificar nada sobre el caso; no obstante, describió que las motivaciones para suplantar una identidad van desde ocupar otro nombre por pelea de bienes inmuebles hasta evadir la justicia por algún delito cometido.