El incendio de Procarsa es otra 'prueba de fuego' para el sector asegurador
La solidez del ramo se ha puesto a prueba desde inicios de año. Las reaseguradoras internacionales son garantía
Es otro golpe para la economía del sector privado. El incendio registrado la noche del lunes 2 de noviembre de 2020 en las instalaciones de la Productora Cartonera S.A., Procarsa, se suma a un año complejo para las empresas de seguros que operan en el Ecuador. Sus representantes afirman, sin embargo, que el ramo cuenta con las credenciales y respaldos para enfrentar las vicisitudes del 2020.
La emergencia sanitaria derivada de la propagación del coronavirus fue el primer y más grave suceso del año. La alerta mundial tuvo un impacto importante que aún genera egresos en las aseguradoras. Según estimados de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros (Fedeseg), los fallecidos por la pandemia provocaron coberturas por más de 100 millones de dólares.
Patricio Salas, secretario ejecutivo de la Federación, explicó que la respuesta efectiva de las aseguradoras da cuenta de la capacidad que tienen para enfrentar sucesos adversos. En el caso de Procarsa, señaló en conversación con EXPRESO, no habrá problemas para su cobertura inmediata.
Claro que, destacó, se tendrán que tomar en cuenta las condiciones contractuales y se analizará el siniestro al detalle. Hasta el momento, según Damián Baeza, gerente general de la Productora Cartonera, se están evaluando los daños en las bodegas de materia prima de la empresa.
Andrés Cordovez, representante del sector y gerente general de Seguros Equinoccial, lamenta el incendio de Procarsa y, en general, la difícil situación que enfrenta el país. Sin embargo, recuerda que los seguros en el Ecuador “están adecuadamente respaldados y un caso de estos es la demostración de solidez y respaldo que brindamos a los clientes”.
¿Cómo funciona el respaldo del que hablan los consultados? Salas explica que en el país solo pueden operar las aseguradoras que cuenten con un reaseguro internacional que garantice la cobertura ante cualquier eventualidad.
Lo dicho se manifestó con mayor claridad en 2016. Luego del terremoto que afectó a Esmeraldas y Manabí, las empresas de seguros que operan en el territorio desembolsaron cerca de 600 millones de dólares por la cobertura a sus clientes. Ese fue uno de los egresos más importantes que registró el sector en los últimos años.
Entre 2017 y 2019, la cobertura se mantuvo en los estándares habituales y el promedio de cobertura de siniestros, según datos de la Fedeseg, no superaba los 70 millones de dólares mensuales.
En 2020, por la emergencia sanitaria, hubo cambios drásticos en meses específicos.
En marzo, abril y mayo, por ejemplo, el reporte de siniestros cubiertos cayó significativamente. En abril incluso se registró un mínimo histórico de 33,9 millones de dólares pagados. En esos meses, por disposición del Gobierno nacional y del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), el país se mantuvo en un aislamiento domiciliario obligatorio.
En junio, con restricciones a la movilidad y el retorno paulatino a las actividades cotidianas, las empresas de seguros dispararon sus coberturas y pagos a los clientes. Fueron 80,7 millones de dólares desembolsados solo en ese mes.
En julio, agosto y septiembre, el indicador recuperó sus cifras habituales. Como ejemplo, en agosto se pagaron siniestros por 69,4 millones de dólares. Es decir, nuevamente el promedio.
Hasta septiembre, el sector asegurador muestra resultados positivos por 70 millones de dólares.
