Infoxicacion: adiccion a la informacion
Se meten a una página web, luego a otra, y así pasan varias horas al día. Lo mismo hacen con las redes sociales, pues estas también les proporcionan datos.
Se meten a una página web, luego a otra, y así pasan varias horas al día. Lo mismo hacen con las redes sociales, pues estas también les proporcionan datos.
La adicción a las tecnologías de la información hoy tiene su nombre y expertos en salud mental de Estados Unidos la han denominado Desorden Compulsivo On Line, una de las más de 150 adicciones comportamentales conductuales de la dependencia tecnológica, señala la doctora y psiquiatra Julieta Sagñay. Ella asegura que el cerebro es un órgano adictivo, le gusta la reiteración del placer y cuando siente la señal de la gratificación y recompensa pide repetir.
El problema se evidencia con la pérdida de control, que tiene etapas y la experta las define en experimental, dependencia y crónica. “Ellos no se van a dar cuenta de lo que les pasa porque no van a robar o matar por estar prendidos en el teléfono, no llegan a tener los comportamientos que producen las otras drogas”.
¿Cuándo me paso de la raya? Cuando se le da prioridad por sobre la familia, trabajo, relaciones. O cuando lo hace paralelo a alguna actividad. Y es nocivo cuando realizarlo no es necesario, a menos que trabaje como periodista o una rama afín, indica el psicólogo clínico Johnny Mero. Las conductas adictivas tienen un patrón obsesivo y compulsivo. La primera es el pensamiento recurrente y la segunda es el acto, con su realización el individuo se calma.
Hay que prestar mucha atención a los jóvenes, quienes no han alcanzado una madurez reflexiva que les permita discernir lo que lee, puntualiza Sagñay.
Para Joel Cañarte, psicólogo clínico y experto en adicciones, las más propensas son aquellas personas que no tienen actividades regulares, son sedentarias, tienen complicaciones con los límites, poco organizados con su agenda o tiempo. “Realmente todos están propensos a presentar este tipo de desorden”, sostiene Cañarte.
Sagñay coincide. Lo atribuye a una predisposición genética, pero también dice que influye la personalidad y la familia, porque no todo el mundo con acceso a la información va a hacerse adicto. “Hablamos de la vulnerabilidad genética, si en la familia hay personas con conductas adictivas (a la comida, drogas, trabajo, etc.) cualquier generación puede tenerlas. Las tecnologías no te hacen adicto, descubren al adicto”, precisa la galena, quien habla de la comorbilidad, que esto no viene solo sino que tiene otros factores relacionados.
Los ‘sabelotodo’ y ‘multitareas’
Revisan tanta información digitalmente que algunos se entrometen en la Ciencia, Derecho y otras áreas. Se sienten con el valor de debatir y cuestionar libros o autores con credibilidad. Lo hacen por lo que leyeron y no tiene aval científico, dice Sagñay. “Acuden a especialistas y nunca están contentos con sus respuestas. Cuando les prescribes algo, desconfían completamente y lo van a buscar a internet en cuanto pueden. Es común que cambien de profesional.
Son personas con desorden en la personalidad, ansiedad, descontrol, irritabilidad”, anota la psiquiatra, quien asegura que este abuso ha dañado más a las personas con trastornos mentales; hoy tenemos pacientes con delirios por leer cualquier cosa en internet. Lee algo, esa idea se encapsula, convirtiéndose en delirio y este se vuelve algo indestructible e irrefutable.
En la actualidad se emplea bastante el término personas ‘multitareas’, estas pueden ser trabajadores, amas de casa, empleados públicos y privados, quienes intentan hacer más de una cosa a la vez dentro del sistema en línea: revisar un correo, chat, red social, todo mientras están viendo una película, esto causa un déficit atencional, manifiesta Cañarte.
‘Obesidad’ mental
Antonio Rodríguez de las Heras, catedrático del Instituto de Cultura y Tecnología de la Universidad Carlos III (España) expresa que la humanidad ha vivido con dos carencias principales: la escasez de alimentos y la falta de información. Gracias a la sociedad industrial, de la carestía se pasó al exceso de alimentos, y ahora preocupan las dietas, la buena nutrición y la reducción de la obesidad. Lo mismo pasa con la información.
Se estaría hablando de una ‘obesidad’ mental en la cual no se metaboliza toda la información, presentándose una ‘adiposidad’ cerebral, que se traduce en ‘ruido’. “Conversas con un joven y su respuesta habitual es ‘me suena’, no todos son capaces de interpretar”, dijo Rodríguez a una web especializada en tecnología.
Recomendaciones
-Si hay adicción acuda a un psicólogo y psiquiatra para que trabajen conjuntamente, porque es posible que se necesite medicación para estabilizar al paciente. Si ya no presenta insomnio, ni ansiedad, etc., el psicoterapeuta puede intervenir. Se le ‘formateará’ el cerebro para enseñarle a volver a sentir placer por las cosas cotidianas de la vida. Si entre 1 a 4 meses el cerebro no está expuesto a este estímulo adictivo, vuelve a recuperar su metabolismo.
-No olvide recurrir a libros, revistas, periódicos físicos. Visite museos, también son fuente tradicional de conocimiento e información.
-La prevención de toda adicción siempre debe empezar en casa, con la participación de los padres, para ello haga actividades al aire libre con sus hijos. Cree más contacto social real que digital. Practique lo que predica y sea ejemplo.
-Su hijo necesita información digital para hacer tareas, pero ponga un horario para ello y que el computador o laptop esté en
un sitio común de la vivienda.
Dato
David Meyer, profesor de Psicología de la Universidad de Michigan, descubrió que quienes alternan entre dos tareas, como intercambiar mensajes electrónicos y escribir un informe, pierden 50 % más de tiempo en dichas labores que si terminaran una antes de iniciar la otra.
Cita
“Pasar más de 8 horas semanales puede generar dependencia”. Julieta Sagñay, Psiquiatra