Ingresos restringidos y con visitas agendadas
Los camposantos que abrieron sus puertas limitaron el tiempo y hasta el número de visitantes. Hubo quejas de los familiares
Con apenas treinta minutos para la oración y limpieza de los túmulos y no más de cinco personas por familia, se permitió este lunes 2 de noviembre en Cuenca el ingreso al Cementerio Patrimonial Municipal.
Deudos aprovecharon las últimas horas de los cementerios abiertos
Leer másAdemás, el trámite implicó el cumplimiento de las medidas de bioseguridad y la reservación de turnos de visita agendados por cada familia, con lo cual se determinaban los horarios de ingreso y finalización.
Esas medidas contribuyeron a que no existiera aglomeración de personas en las puertas de acceso al camposanto.
El control estuvo a cargo de agentes de la Guardia Ciudadana y del propio personal de seguridad local, quienes recorrían las instalaciones anunciando a cada familia que el tiempo de su visita había concluido.
En los exteriores, los puestos de venta de flores y otros artículos lucían vacíos, con solo una que otra persona realizando compras para adornar la tumba de sus seres queridos.
Un memorial singular en casa para difuntos
Leer másQuien no disponía del permiso no podía ingresar, pero se ha previsto mantener el sistema de ingreso hasta mañana miércoles, exclusivamente en horario de 08:00 a 20:00.
El camposanto cuenta con 20 bloques, pero el control fue máximo. Así, por ejemplo, si había un grupo en el bloque B2, quien quería visitar un nicho en ese espacio debía esperar a que esa familia saliera.
Restricciones de este tipo también se aplicaron en otras ciudades, como Mocha y Tisaleo, los únicos cantones de Tungurahua que habilitaron sus cementerios. Hubo escasa afluencia y los pocos que estuvieron solo podían estar 15 minutos.
“La gente todavía tiene miedo. Otros años a esta hora (10:30) era llenito el cementerio”, comentó Segundo José Chaco, quien fue a arreglar la tumba de seis familiares que murieron antes de la emergencia sanitaria. Es oriundo de Tisaleo, donde también aprovechó para llevarles flores y despedir a sus amigos que perecieron debido a la pandemia y a cuyos velatorios no pudo ir.
En Mocha también hubo poca gente y el control fue estricto. Claudio Jiménez, funcionario municipal, estaba en la puerta de ingreso al camposanto junto a otras dos personas, para advertir a los visitantes que solo debían permanecer adentro 15 minutos. Únicamente podían entrar quienes portaban la mascarilla y tenían alcohol. JM-YIE
- La Libertad
- Solo veinte minutos y cuatro personas
Aunque debió esperar 30 minutos en la puerta del camposanto general de La Libertad, Glenda Domínguez sí logró ayer visitar la tumba de sus padres. Ella acude cada año desde Babahoyo, donde reside, para llevarles flores. “Ya han pasado más de diez años de su partida pero no los olvido”, dijo mientras les depositaba un ramo.
Domínguez, al igual que decenas de personas, de manera ordenada esperó con paciencia su turno de ingreso. La disposición buscaba evitar aglomeraciones en el interior.
“Solo cuatro personas por tumba y el tiempo que deben permanecer es de 20 minutos”, explicaban los encargados, pero no faltaron los reclamos de algunos deudos. JL