La inseguridad acecha a la Feria Libre de Cuenca

La imagen de una mujer lanzando contra el suelo el cuerpo de un feto sin vida, que había sustraído de una casa de salud ubicada detrás de la Feria Libre, en el sur de Cuenca, dio paso a una serie de reacciones que dejaron al descubierto los profundos problemas sociales que aquejan a esta zona.

En un recorrido realizado por EXPRESO dentro del recinto ferial, que abarca una superficie de nueve hectáreas, y por las calles que rodean el lugar, se evidenció desorden, insalubridad e inseguridad generada por la aglomeración de personas.

Y es que el desorden y la falta de control sobre las ventas informales y la presencia de pseudocomerciantes hacen que la zona se sature, dificultando el control de hechos que se repiten a diario, como robos, hurtos y microtráfico de drogas.

El temor que sienten las personas que laboran en dicho lugar es evidente, y tras los diálogos que mantuvieron con este Diario, solicitaron guardar reserva de sus nombres, ya que hablaron de amenazas, extorsiones y otros delitos a los cuales están expuestos. 

Apuntaron a la existencia de organizaciones delictivas que operan en la zona, se refirieron al tráfico o venta ilegal de puestos dentro del recinto ferial y a la problemática social del consumo de alcohol y drogas, que afecta a un gran número de personas que han hecho de este lugar su hogar.

La Plaza del Carbón, ubicada en la calle Roberto Crespo Ordóñez, es uno de los lugares señalados como el centro de operaciones de delincuentes que se camuflan como comerciantes informales.

Operativos de control en los alrededores 

Juan Carlos Torres, intendente de Policía, reconoció las problemáticas históricas de este sector: “Esta es una zona con características propicias para que la delincuencia se enraíce. Esta zona se vuelve apetecible para los delincuentes por la gran afluencia de ciudadanos que llegan a hacer sus compras”, sostuvo.

Desde agosto de 2024 hasta enero de 2025, la Intendencia clausuró 45 locales que funcionaban de forma irregular (sin permiso de funcionamiento, incumplimiento de horario, no respetaban el giro de negocio autorizado, entre otros) y que estaban ubicados en las calles que rodean el mercado mayorista. 

Sin embargo, para Torres, estas acciones se han convertido en el juego del gato y el ratón. “Intervenimos, tenemos buenos resultados, pero después de unos días regresan a las mismas zonas. Son mafias enquistadas”.

Problemas del recinto de la Feria Libre

Pero la problemática también ha contaminado el interior del recinto ferial y afecta a los más de 5.000 comerciantes que laboran en los cuatro bloques del lugar: mercado mayorista, mercado minorista, plataforma itinerante y centro comercial.

Diego Cedillo, director municipal de Mercados, puntualizó que la informalidad dentro del mercado está ligada a la falta de una nueva ordenanza que aborde la realidad actual y los problemas a los que se enfrentan ahora como administradores del espacio.

Según el registro de la institución, existen 3.500 puestos catastrados; todos los demás se han creado de forma ilegal y arbitraria con el paso de los años, hasta tener laborando en el lugar a 5.200 personas, de las cuales 1.500 hasta la fecha no cuentan con un contrato regularizado, ya que “compraron” el puesto a terceras personas. “Hay personas que están en ese lugar por más de tres generaciones y no tienen un contrato que les respalde”, explicó el funcionario.

Proyecto de reconstrucción 

Para solucionar el tema de la redistribución de espacios y dar una imagen de mayor orden, se ha lanzado una convocatoria a profesionales de la ingeniería y arquitectura para plantear proyectos de reconstrucción. Cedillo señaló que aún no se tiene una fecha para la intervención del lugar ni un presupuesto oficial, aunque indicó que podría superar los $35 millones y que lo más adecuado para conseguir los fondos sería a través de un préstamo con la CAF.

Para Celina Castro, usuaria del mercado, este descontrol la ha llevado a dejar de comprar en el espacio. “Todo está mal ahí, te sientes inseguro. Adentro y afuera da la impresión de que puedes ser el blanco de cualquier delito”, señaló.

Karina Rencilla, habitante de Cuenca, asegura que, por la misma razón, ahora visita con poca frecuencia este mercado, que fue el que la proveía de alimentos durante muchos años. “Hoy, con tantos problemas de inseguridad, prefiero evitar cualquier zona de vulnerabilidad o riesgo. Y esta feria hoy lo es”, comentó.

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