La insolita solicitud de Evo
Cuando leímos el titular, supusimos que Evo Morales había pedido la reunión urgente de Unasur para condenar los hechos de inmensa corrupción que ocurren en varios de los países integrantes de esta comunidad política sudamericana.
No había sido así, sino por el contrario, con el objeto de respaldar a Lula y Dilma, envueltos en hechos de grave corrupción que no pueden quedar en la impunidad. Y es que Unasur tiene como su secretario general a un personaje que fue juzgado por el Congreso de su país por complicidad con el narcotráfico. El primer presidente “pro tempore” de ese organismo fue el actual presidente de Surinam, sentenciado en ausencia, por narcotráfico, a doce años de cárcel por la Corte de Justicia de Holanda. Los expresidentes de Argentina, los célebres Kirchner, marido y mujer, se hallan investigados por lavado de dinero de millones de dólares que habrían ido a incrementar su patrimonio personal. El actual presidente venezolano y su segundo, Diosdado, también se hallan envueltos en asuntos que tienen la negra mancha de la corrupción, especialmente en el narcotráfico, y el mismo Evo, ha sido involucrado sin culpa por su examante, gerente comercial de una empresa china, en la concesión de contratos por más de quinientos millones de dólares, sin cumplir con los requisitos legales. Las inversiones chinas tienen en Bolivia una amplia acogida porque el Gobierno sostiene que con ellas se elimina la influencia negativa del imperialismo norteamericano.
Y a más de la actitud defensiva de los implicados en la corrupción, Evo ha sostenido que tengan cuidado los denunciantes, a los que ha calificado como agentes de ese imperialismo, cuando la verdad debe sonar como: cuidado, que no esperen la impunidad.
Una de las consignas lanzadas por los sostenedores de una entelequia a la que llaman socialismo del siglo XXI era: “Alerta, alerta, que la espada de Bolívar camina por América Latina”, cuando lo que corresponde es “cuidado, cuidado, que la corrupción inmensa camina por América Latina”.
Veremos si ese organismo es capaz de preservar la dignidad y la honestidad, rechazando la insólita petición de Evo y, por el contrario, disponiéndose a respaldar las acciones de la justicia, en algunos casos dispuesta a sancionar la corrupción de varios gobiernos que prostituyen el sentido moral del ejercicio del poder.
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