La inteligencia carcelaria: un membrete, más que acciones

Entre las principales recomendaciones de los organismos internacionales y nacionales que observaron la administración carcelaria del país, se coincidió en la creación de un grupo de inteligencia penitenciaria para, además de prevenir las masacres, que la situación no repercuta en la inseguridad fuera de los reclusorios.

En noviembre de 2021, la Comisión de Seguridad de la Asamblea Nacional indicó en su informe que se articule entre el Centro de Inteligencia Estratégica (CIES, antes llamado Senain) y el ministerio de Defensa y en ese entonces el conocido como de Gobierno, la creación de una unidad de inteligencia y contrainteligencia penitenciaria, que “garantice la permanente coordinación y prevención”.

Casi un año después, el director del CIES, Fausto Cobo, enfatizó ante la misma mesa legislativa que no ha sido posible. “Aquí están las alertas, cada alerta evita una masacre; ahora si es que lo que está sucediendo va más allá de las alertas estratégicas... bueno, hay que también señalar que puede haber una falla del control interno del determinado centro penitenciario”, justificó el funcionario al ser cuestionado por qué las alarmas no evitaron masacres al menos en lo que va del año 2022.

Sin embargo, Cobo se defiende y dice que hay que “mirar” las tragedias que se han evitado, y que supuestamente  se han emitido 400 avisos en el sistema penitenciario. Pero no entregó la documentación o informe a los legisladores y se excusó para no permanecer en la comparecencia, por tener que cumplir con otros compromisos de su agenda.

Este Diario consultó al Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI) si contaba con inteligencia penitenciaria, y se limitó a señalar que existe un departamento denominado dirección de inteligencia e investigaciones. Pero no especificó al menos sus áreas de trabajo o desempeño en las cárceles.

Según el organigrama de la institución, dicha dependencia administrativa está por debajo de la Subdirección de Protección y Seguridad Penitenciaria, que hasta septiembre de este año contaba con apenas 14 trabajadores en la capital para la vigilancia de las 37 cárceles y 11 centros de adolescentes infractores del país.

Este tipo de acciones preocupan al experto en  seguridad Jorge Villacreses, quien señala que las órdenes delincuenciales vienen desde las celdas y una muestra es que ya en la ciudad hay sectores identificados como pertenecientes a ciertas bandas delictivas que operan en las cárceles.

“Estas organizaciones son las que generan el caos en el país. Debería haber un trabajo para poder conocer qué es lo que ellos están tramando, qué quieren hacer en las ciudades, pero ni la Policía ni el SNAI pueden saberlo. Hasta el momento ellos no tienen bloqueada la señal de celular y de Internet dentro de los centros penitenciarios y si eso no acaba seguiremos viviendo lo que hoy se registra en las calles”.

Sostuvo que para al menos abrir camino para iniciar la toma del control de la seguridad del país, se debe comenzar por cortar la comunicación. “Que un Estado no pueda incomunicar a un sector de un pedazo de tierra del país es inaudito. Eso repercute en no tener el control del territorio nacional”, lamentó Villacreses.

• Adquisiciones   

Según el portal de Compras Públicas, el SNAI recién a las 20:00 de este último martes 18 de octubre subió un proceso de contratación para la dotación de cámaras. El proceso no detalla ni la cantidad ni los valores por la gestión. EXPRESO ha solicitado desde hace varias semanas el detalle de las compras, pero hasta la presente fecha no se emite la respuesta al requerimiento.

• Acciones urgentes

Diego Pérez, experto en inteligencia y seguridad gubernamental, señala que mientras no se elimine la corrupción del SNAI, será en vano todo esfuerzo o destino de recursos para cambiar la realidad. Expone que una muestra es que desde la masacre de septiembre de 2021 continúan las tragedias.

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