En la isla Santa Cruz se promueven las comunidades circulares
El proyecto busca transformar los desechos de pescado en oportunidades de negocio.
Científicos y especialistas de Ecuador y los Países Bajos promueven en las islas Galápagos la creación de ‘comunidades circulares’, a través de un proyecto inicial destinado a transformar los desechos de pescado en oportunidades de negocio.
En una comunidad circular, el ciclo de vida de los productos se extiende a través de prácticas regenerativas, como la reutilización, reparación, renovación y reciclaje, explicó a EFE una fuente de la Universidad de las Américas (UDLA).
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La UDLA desarrolla el proyecto de investigación junto al Centro de Emprendimiento de Delft (DCE) de la Universidad Tecnológica de Delft (TUDelft) en los Países Bajos, la Fundación Comunidad Circular, y la Cooperativa de Pesca Bahía Pelícano, de la isla Santa Cruz, en Galápagos.
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Leer másLos investigadores buscan crear un sistema cerrado donde los materiales y recursos se mantengan en uso durante el mayor tiempo posible, extrayendo el máximo valor de ellos mientras están en uso, y luego recuperando y regenerando productos y materiales al final de cada ciclo de vida del servicio.
En el marco de este proyecto, se desarrollaron talleres con la metodología conocida como ‘Flor Circular de Valores’ (FCV), y también realizaron entrevistas y el levantamiento de información sobre los desechos de pescado en la isla Santa Cruz.
La FCV es una metodología que ayuda a coordinar el cierre colectivo de los ciclos de los recursos (materiales biológicos y tecnológicos, energía, agua y nutrientes) a nivel de comunidad, proporcionando información sobre el valor agregado (social, ecológico, estético, cultural y económico) que se puede lograr dentro del entorno circular construido de forma comunitaria.
Els Leclercq, creadora de la metodología e investigadora de la Fundación de Comunidades Circulares, indicó que el objetivo es contribuir a la creación de comunidades circulares.
La UDLA advierte que el sistema alimentario de productos del mar de Galápagos enfrenta diversos desafíos ambientales y antropogénicos que ponen en riesgo la seguridad alimentaria, economía, nutrición y salud de los habitantes del archipiélago.
Alerta que si no se gestionan adecuadamente los desechos de pescado, pueden contaminar el agua y suelo, propiciar la proliferación de especies invasoras o alterar la fauna local.
Por ello, la economía circular es una solución para mitigar los impactos ambientales generados por los desechos del pescado, y otra materia orgánica proveniente de vacas y cerdos, "a través de su transformación en productos comercializables", avanza Mauricio Castrejón, investigador y representante de la UDLA en Galápagos.
Esto generaría incentivos económicos para implementar un sistema de gestión ambiental más eficiente y responsable, que contribuya a crear una comunidad circular que sea resiliente y autosuficiente.
Considerado un laboratorio natural que llevó al científico británico Charles Darwin a desarrollar en el siglo XIX su teoría de la evolución y selección natural de las especies, el archipiélago de Galápagos está situado a unos mil kilómetros de las costas de Ecuador, y desde 1978 está declarado patrimonio natural de la humanidad por la Unesco.
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