Islas de calor

Recién se inicia la temporada “invernal” en la costa ecuatoriana y en ciudades como Guayaquil hay la percepción de que cada año el calor se incrementa. Sin tener datos de cuál era la temperatura máxima que alcanzaba la ciudad en los siglos anteriores es evidente que hay factores que han determinado que la sensación térmica aumente a medida que la ciudad se expande.

Desde hace algunos años se maneja el concepto de islas de calor urbanas o islas térmicas urbanas UHI (Urban Heat Island) para establecer la diferencia de temperatura que se observa en las ciudades frente a su entorno natural. De este se desprenden dos conceptos adicionales: el de isla de calor atmosférica, que es la diferencia de temperatura dentro de las ciudades, entre las superficies verdes y las artificiales (vías, tejados de edificios, aceras, etc.), y el de isla de calor superficial, donde se establece que las ciudades tienen una temperatura mayor que su periferia y que dentro de ellas es mayor la temperatura en áreas sin vegetación.

En ambos casos se evidencia un incremento significativo de la temperatura urbana por factores como el asfalto, los edificios y el trazado vial, que modifican el balance de radiación entre el suelo y el aire, al aumentar las superficies impermeables que reducen la evaporación y disminuyen la velocidad del viento, además por una progresiva pérdida del entorno vegetal natural, intra y periurbano, causados por una mala concepción y planificación de las ciudades.

Las patologías por calor excesivo más comunes son: calambres -espasmos musculares, transpiración intensa, fatiga, temperatura del cuerpo ligeramente elevada-, agotamiento -debilidad extrema, agotamiento, cefalea, mareos, náuseas, sudoración profusa, piel fría, temperatura del cuerpo elevada, pulso rápido-, golpe de calor -transpiración interrumpida, piel seca y caliente, cefalea, náuseas, confusión, marcha tambaleante, fiebre, colapso y riesgo de muerte.

La solución está en la identificación de los sectores urbanos con temperatura más elevada y en un incremento planificado de áreas verdes útiles y de vías arboladas.

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