Jaime Carrera: “Ecuador iria camino al desarrollo si hubieran respetado las reglas”
Es presidente del Observatorio de Política Fiscal. Duda de que vayan a llegar los capitales para inversiones tal cual como lo anunció el Gobierno.
- Las expectativas por el nuevo ministro de Finanzas han evolucionado a exigencias de ajuste. ¿No se ha hecho suficiente?
- Todo este entorno de problemas estructurales va a ocasionar un severo estancamiento si el Gobierno no logra acortar el periodo para atraer flujos de inversión extranjera y fomentar las exportaciones. Pero no es una tarea de corto plazo, sino de mediano plazo. Algo que puede manejar el Gobierno inmediatamente es el problema fiscal. Inevitablemente debe ajustar el gasto para bajar el déficit.
- Con otro manejo de la crisis, ¿Ecuador habría sorteado ese estancamiento o era inevitable?
- La herencia de la década de Correa es nefasta para el país. Habría sido diferente si Ecuador hubiese mantenido en los últimos 10 u 11 años las reglas fiscales que se implementaron con la dolarización del año 2000. Si esas reglas hubiesen estado vigentes, tendríamos un país camino al desarrollo, con fondos de ahorro, cuentas públicas superavitarias y un nivel de deuda absolutamente manejable. Lamentablemente es ahora, luego de 20 años de la dolarización, que se han retomado las reglas de estabilización fiscal.
- ¿Cuánto tardará Ecuador en volver al camino del desarrollo?
- Solo para poner unos número. El PIB per cápita de Ecuador de este año es similar al de 2013, pero estamos en 2018. Si Ecuador hace un esfuerzo notable de transformación económica y llegase a crecer en 2021 al 3,5 %, recién ese año recuperaríamos el PIB por habitante de 2014. Lo que quiere decir que Ecuador, para retomar la senda del progreso y del desarrollo, al menos va a necesitar 10 años de rigor fiscal y de cambio profundo en la economía. Quizás más, si no se camina en la dirección correcta.
- ¿Le parece realista la cifra de inversión de $ 9.000 millones?
- Esas expectativas del Gobierno tendrán que concretarse en realidades. Pero deben partir, primero, de un cambio cultural en el país. Ecuador debe entender que el progreso no deviene de un modelo de Estado que se acostumbró a vivir por encima de sus posibilidades, en función del gasto público, de la deuda externa y de los recursos petroleros. En el futuro, el país debe asentar su desarrollo en el sector privado.
La tasa de inversión/PIB es de alrededor del 25 %; Ecuador requerirá, para progresar, tasas de alrededor del 30 %. Y la IED debería estar al menos en el 5 %, pero el año pasado fue apenas de $ 600 millones, menos del 1 %. Parece que el Gobierno lo ha entendido y está en esa dirección. Pero dudo mucho que lo que se ha anunciado, se concrete en la magnitud que ha dicho el Gobierno, mientras el inversionista no sienta, a través de políticas concretas, que tiene un entorno favorable para invertir. Esa seguridad se brindará cuando se concrete el rigor fiscal y la seguridad jurídica, cuando haya acuerdos bilaterales de protección de inversiones, buenos arbitrajes, una mano de obra capacitada, cuando se faciliten internamente las exportaciones, cuando los costos para exportar y para vivir se reduzcan...
- El riesgo país parece escéptico y se disparó a 761 puntos.
- Los mercados esperan ver concreción sobre cómo el Gobierno va a cubrir el déficit y sus necesidades de financiamiento sin acudir a préstamos con tasas feroces. También esperan lo que pueda decir el FMI. Lamentablemente el entorno internacional tampoco es favorable.
- ¿Acatará el Gobierno lo que diga el FMI?
- Más allá de lo que diga el Fondo, hay que analizar las cuentas del Estado. La cuenta del Tesoro en este mes de julio apenas alcanza para cubrir la deuda y los sueldos. El Gobierno está en la imperativa necesidad de reducir el gasto ante la carencia de ingresos y la imposibilidad de financiamiento. Y reducir el gasto significa enfrentar recortes en varias áreas, como la masa salarial o la inversión. Hemos llegado al punto de inflexión.