Quien es Jeanine Anez, la mujer que ocupa el lugar de Evo
La senadora tiene 52 años. Le gusta el fútbol, es abogada. Incursionó en la política desde 2006. Desde el 2010 es senadora. Es la segunda mujer en llegar a la presidencia de Bolivia.
Es una licenciada en Derecho y con diplomados en Gestión Pública y Gestión Social; Derechos Humanos, y en Educación Superior. El diario colombiano El Tiempo reseña que está divorciada de Héctor Hincapié, un político colombiano quien fue candidato al Senado de este país en 2018 por el Partido Conservador. Tiene dos hijos. Carolina, odontóloga de 29 años, y de José, administrador de empresas de 24.
Jeanine Áñez es una cultora del fitness y la gimnasia. Suele salir a correr por las mañanas y dedicar, cuando puede, algunas horas al zumba. Casi como parte de una misma conducta, toma cuidados con las comidas, “aunque se da gustos, claro”, según contó su hijo José. “Casi no come comida que llamamos chatarra, y le gustan las sopas y el pollo a la plancha”, relató.
Ama el fútbol aunque no es hincha de ningún equipo en particular, pero si se emociona con los partidos de la selección. “Ahora, si se juega el clásico de La Paz entre The Strongest y Bolívar, le va más al Bolívar”, revela uno de sus hijos.
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El perfil político:
Es la 66ª presidenta de Bolivia y en la segunda mujer en ocupar ese cargo en la historia.
Su antecesora fue Lidia Gueiler Tejada, dirigió el país entre 1979 y 1980, año en que fue derrocada por un golpe militar.
Nacida en la ciudad de Trinidad, en el departamento de Beni, llegó a la política nacional boliviana en 2006, cuando fue electa como representante de ese departamento en la Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución vigente desde 2009.
Durante ese proceso, fue miembro de la Comisión de Organización y Estructura del País y trabajó en la parte de Poder Judicial.
Desde 2010 es senadora, primero por el partido del Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPBCN), y después, ya designada vice segunda de la cámara alta, como integrante de Unidad Demócrata (UD).
Fue muy crítica de la gestión de Morales y mucho más de su intento de lograr un cuarto período de gobierno, avalado por el Tribunal Electoral. “Su objetivo de querer quedarse un cuarto mandato fue totalmente mezquino”, cuestionó en su momento.
Buena parte de su paso por el Senado lo dedicó a investigar la presencia de ciudadanos chinos en el norte de Bolivia, principalmente en Beni y La Paz, donde se instalaron campamentos para la explotación de minerales y la caza de animales en peligro de extinción.
Una presidencia provisional
Una agenda con decisiones urgentes como presidenta provisional. Entre las tareas inmediatas están, nombrar un equipo de ministros que la acompañen durante el tiempo en que se mantenga en la Presidencia de Bolivia, algo que incluye con probabilidad designar nuevas autoridades de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, lo más importante, es establecer un Gobierno de transición que convoque a unos nuevos comicios en el menor tiempo posible con nuevas autoridades electorales.
Otra labor importante es establecer acuerdos necesarios para aprobar las medidas que conduzcan al fin primordial de su gestión, la elección de nuevos vocales del Órgano Electoral y, además, de fijar los plazos necesarios para la convocatoria a elecciones.