Nadie la esperaba. Algunos especulaban con que demoraría los días suficientes para permitir la instalación del juicio contra Glas. Sin embargo, sorpresivamente, la secretaria jurídica de la Presidencia, Johana Pesántez, llegó para entregar la terna de can

Jorge Glas a punto de no ser enjuiciado por la Asamblea

El juicio político contra Jorge Glas, el embrollo jurídico que acarrea y la definición de posturas en torno a la designación de la nueva vicepresidenta de la República ocuparon ayer las mentes y las energías de los integrantes de la Asamblea Nacional.

El juicio político contra Jorge Glas, el embrollo jurídico que acarrea y la definición de posturas en torno a la designación de la nueva vicepresidenta de la República ocuparon ayer las mentes y las energías de los integrantes de la Asamblea Nacional. Adentro, en el salón plenario, durante dos horas debatieron sobre una propuesta de resolución para declarar al pueblo quichua salasaca como patrimonio intangible de la nación. Afuera, en el vestíbulo, prodigaban explicaciones a la prensa y prefiguraban el debate que ocurrirá hoy en el seno de la Comisión de Fiscalización, convocada a las diez para conocer las pruebas de cargo en el proceso.

¿Continúa Jorge Glas siendo vicepresidente? ¿En qué momento se inicia el juicio político: con el informe favorable de la Corte Constitucional o cuando la Comisión de Fiscalización lo deriva al Pleno de la Asamblea? ¿Puede la Comisión archivar el proceso sin concluirlo? ¿Puede suspenderlo? De estas cuestiones depende la procedencia del juicio político. Y hay tantos vacíos jurídicos sobre ellas que los legisladores tienen para rato.

A las dos y media de la tarde, cuando la mayoría había abandonado ya el recinto, la secretaria jurídica de Carondelet, Johana Pesántez, llegaba intempestivamente para depositar en manos del presidente José Serrano el documento que parece dar respuesta definitiva a la primera de estas preguntas: el oficio presidencial que sustenta y motiva el abandono definitivo del cargo. Jorge Glas, para todos los efectos, es un exvicepresidente de la República.

Y como la Constitución solo permite el enjuiciamiento político de mandatarios en funciones (caprichos de Montecristi), la Comisión de Fiscalización deberá decidir hoy si continúa adelante o no con el proceso. Todo depende de si considera que el juicio ya se inició (como pretende la oposición), en cuyo caso no se vería obligada a detenerlo; o si interpreta que el juicio se inicia cuando llega a conocimiento del Pleno (como sostiene el morenismo), en cuyo caso sería improcedente. En esta cuestión el número de votos será más determinante que el peso de las razones jurídicas. Y la mayoría de votos la tiene el morenismo. El juicio político a Jorge Glas, aparentemente, quema sus últimos cartuchos.

En el salón plenario, un puñado de salasacas vestidos de coloridas galas y portando su emblemático pendón atiende (nadie más lo hace) el desarrollo del debate. Ajenos a toda esta retórica salvo cuando les toca el turno de ejercerla, los asambleístas entran y salen, discuten, deliberan y debaten sus posturas frente a la elección de la nueva vicepresidenta.

A las dos y media, cuando los nombres de Alejandra Vicuña, Fernanda Espinosa y Rosana Alvarado fueron confirmados en la terna oficialmente, esas posturas terminaron de definirse: CREO y el Partido Social Cristiano se abstendrán. Es decir que la bancada morenista tendrá que buscar aliados. Ayer se aseguró uno de importancia: SUMA. La correísta Marcela Holguín propuso llamar a la Asamblea al alcalde de Quito, Mauricio Rodas (miembro de ese partido), para que informe sobre sus pecados de omisión y negligencia (que son hartos) relacionados con la crisis de la basura que afecta a la capital. La propuesta no pasó: el morenismo unió sus votos a los de la oposición para proteger a su incómodo aliado.

La elección de vicepresidenta será mañana a las 15:15. ¿Tendrá Lenín Moreno los 69 votos necesarios? Por una vez, los 14 asambleístas de la bancada de independientes (PK, ID y otros movimientos menores) serán quienes inclinen la balanza. Por ahora, los 44 morenistas están entregados a la negociación.