Julian Assange asegura que fue espiado en la Embajada de Ecuador y apunta a EE.UU.
El activista confía en que este caso de espionaje anule su extradición a EE.UU., que lo reclama por la filtración de documentos confidenciales.
Julian Assange, fundador de Wikileaks, ratificó este viernes ante un juez español, que investiga el presunto espionaje que sufrió en la Embajada de Ecuador en Londres, que fue grabado y escuchado sin su autorización en una operación "eventualmente coordinada por Estados Unidos".
El activista, detenido en la capital británica, confía en que este caso de espionaje anule su extradición a EE.UU., que lo reclama por la filtración de miles de documentos, al sostener que se violó la confidencialidad de las comunicaciones con sus abogados y el proceso carece de garantías.
Assange declaró desde Londres por videoconferencia ante el juez José de La Mata, de la Audiencia Nacional española que investiga el supuesto espionaje, ya que la empresa responsable de la seguridad era la española Undercover Global.
El fundador de Wikileaks estuvo refugiado en la embajada ecuatoriana cerca de siete años, hasta que fue detenido en abril de este año, después de que Ecuador le retirara la protección diplomática.
El australiano indicó al juez que "desconocía absolutamente" que las cámaras de la embajada grabasen audio o que hubiese micrófonos ocultos, según su abogado.
"Ha confirmado que ha sido sujeto absolutamente pasivo de intromisión ilegítima que habría sido eventualmente coordinada por Estados Unidos", apuntó el letrado, miembro del equipo de la defensa del activista, que coordina el exjuez español Baltasar Garzón.
Aunque, según su versión, siempre le negaron que hubiese micrófonos, Assange señaló que lo sospechaba, por lo que mantenía reuniones en lugares inusuales de la Embajada, como los baños, informaron fuentes jurídicas.
Assange presentaba evidentes signos de cansancio durante su declaración, y según su abogado, el relator de la ONU contra la tortura ha certificado que se encuentra en un estado muy precario de salud tras los años transcurridos desde que se refugió en la legación diplomática ecuatoriana.
Tras estudiar la querella de Assange contra Undercover Global, el juez español abrió una investigación por presuntos delitos contra la intimidad y el secreto de las comunicaciones abogado-cliente, así como blanqueo de capitales.
De acuerdo con la querella, la empresa también hizo seguimientos fuera de la embajada, como el que sufrió Garzón durante un encuentro en Madrid con el expresidente de Ecuador Rafael Correa, en 2017.
El propietario de Undercover Global, David Morales, fue detenido en septiembre pasado y posteriormente puesto en libertad con medidas cautelares.
La empresa española se hizo cargo de la seguridad en la embajada de Ecuador en Londres entre 2015 y 2018, periodo en el que Morales supuestamente "experimentó un incremento patrimonial notable".
En un principio, la seguridad, que fue subcontratada a su empresa, consistía en un circuito cerrado de cámaras sin sonido; pero, tras varios viajes a EE.UU., Morales pidió a un grupo de empleados que se instalaran cámaras con audio y con posibilidad de acceder a las grabaciones en tiempo real; y micrófonos ocultos para captar reuniones confidenciales de Assange.