Con lactadas grupales, los guayaquilenos rindieron honor al amamantamiento
A las 17:00 del sábado, Stefania Pow, directora de la organización La Vía Láctea en Guayaquil, tomó el micrófono y se dirigió a las mujeres lactantes presentes en el lugar. “Llegó el momento de amamantar a nuestros bebés”, informó, “vamos a fortalecer
A las 17:00 del sábado, Stefania Pow, directora de la organización La Vía Láctea en Guayaquil, tomó el micrófono y se dirigió a las mujeres lactantes presentes en el lugar. “Llegó el momento de amamantar a nuestros bebés”, informó, “vamos a fortalecer por un minuto el vínculo con ellos y a sentar las bases de un apego lleno de sentimientos y amor”.
Ella hacía un llamado para que las 60 madres que habían acudido a La Gran Lactada (un evento organizado por Pow por tercer año consecutivo y en el Hotel Continental) se pongan en posición para alimentar a sus pequeños. El hecho se dio en un silencio total, solo interrumpido por los gorjeos y unos cuantos balbuceos de los infantes, a quienes sus ‘protectoras’ llenaron de besos y caricias a lo largo de 60 segundos.
El acto, que fue realizado en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto de cada año y busca promover sus beneficios, fijó (tal como se esperaba) un nuevo récord: 110 mujeres, divididas en dos grupos (50 por la mañana y 60 por la tarde), amamantaron a sus hijos. El año pasado lo hicieron 80.
“La meta es que cada vez se junten más”, dijo Pow, “que cada vez sean más las mujeres que comprendan que amamantar es algo natural, bello y necesario”.
Y es que en países como Colombia, tan cercanos al nuestro, parece que lo tienen claro, comentó Cristina Gallegos, una de las presentes. “En lugares públicos o privados, y con sus pechos descubiertos, ellas sin problema alguno alimentan a sus bebés. Aquí no pasa lo mismo: o te da vergüenza o te miran mal”, agregó.
Ella, de 26 años, había acudido también a la Lactada Masiva efectuada por la Coordinación Zonal 8 del Ministerio de Salud. Al acto acudieron 150 mujeres que, al igual que en la cita organizada por La Vía Láctea, dieron el pecho a sus niños.
Pero esas no fueron las únicas actividades que se realizaron. En la décima etapa de la Alborada, por ejemplo, un grupo de 15 madres (y amigas) del sector se reunieron con el mismo fin. “Debemos romper muchos mitos en torno al tema y normalizar este hecho tan fisiológico, ancestral y humano como es el de dar de lactar”, concluyó Martina Cevallos, al tiempo que coreaba junto al resto de invitadas la frase: “Yo le doy mi pecho y ella me da sus ojos. Yo le doy mi leche y ella me entrega el alma”.
En el parque Samanes, las mujeres de la familia Arias-González también participaron, a su manera, en la Jornada. Ocho lactantes, entre hermanas y primas, nutrieron a sus crías de forma simultánea el domingo en el lugar. Dos futuras madres, en cambio, las acompañaron en el acto con carteles que decían “No hay pechos malos o imperfectos, sino los ideales para fortalecer a tu bebé”.
DSZ