El lado feo de la cirugia estetica
Dos casos de muerte tras una liposucción reabren el debate sobre los riesgos de la belleza, el aumento de las “ofertas” y el leve castigo al que se exponen quienes operan sin ser especialistas.
El 31 de agosto pasado, una enfermera de 51 años murió en Guayaquil luego de una cirugía en la que le extrajeron grasa del abdomen y se la colocaron en los glúteos. Un mes antes, en Cuenca, una mujer de 40 años también falleció tras una liposucción, mientras que por estos días se hace el seguimiento a un médico de la Costa que estaría operando en la sala de su casa y a un ecuatoriano que es investigado en el exterior por intentar hacer cirugías estéticas sin ser especialista.
En estas operaciones, que apelan a la belleza y por las que se puede deducir el Impuesto a la Renta, hay un lado feo, el de los riesgos: denuncias por presunta mala práctica, por operaciones en centros clandestinos y por “paquetes promocionales” en los que puede conseguir una lipoescultura corporal en $ 500, cuando el costo real está entre los 3.000 y 4.000 dólares.
Existen demandas (ver subnota), pero las sanciones no resultan ser tan drásticas como para frenar este mercado negro de la salud, denuncian los especialistas. Si el profesional no tiene el título que lo avala para realizar este tipo de cirugías, la multa será tan solo de un salario básico unificado (386 dólares), según la Ley Orgánica de la Salud. Si, en cambio, se trata de las clínicas estéticas clandestinas, el dueño recibirá una sanción de cinco salarios (1.930 dólares).
La Sociedad Ecuatoriana de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética (Secpre) está intentando tomar medidas. El año pasado expulsó a uno de sus miembros por participar en un programa que ofrecía cirugías masivas a bajo costo y que fue objeto de demandas por el tipo de cicatrices, estragos y daños con los que habrían quedado algunos de sus pacientes. “Era partícipe de eso que sabía que no podía hacer. Dejaba a los pacientes operados y se iba. Lo denunciamos también ante el Ministerio de Salud”, dijo Sara Medranda, presidenta del gremio nacional.
Dice que ahora cuenta con un vídeo enviado por el familiar de un paciente, en el que se ve que un médico realiza estas cirugías “a un precio módico” en la sala de su casa. Le están haciendo un seguimiento para saber de quién se trata y si tiene título para poder denunciarlo. La Sociedad también ha enviado documentación a Panamá para responder las dudas de un grupo que consultó si un profesional que se promociona allá es especialista. Y no lo es.
Marcela Yépez, cirujana plástica especializada en Brasil y representante de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica en Ecuador, recomienda al paciente tomar precauciones para operarse con un médico y en un centro confiables (ver cuadro), algo que no siempre ocurre, pues muchas veces se dejan llevar por los precios. “Hay que dudar cuando una cirugía es barata. Es imposible que lo sea si se toma en cuenta que hay que pagar al cirujano, al anestesiólogo, al ayudante, al instrumentista, a la clínica...”.
En el país, la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess) es la entidad que tiene competencia administrativa y de control sobre los establecimientos que brindan servicios quirúrgicos con fines estéticos. Aclaran que cuando el tema es de tipo penal, pasa a la Fiscalía, donde se investigan casos como los de las mujeres que murieron en Guayaquil y Cuenca en la cirugía o de la modelo que falleció por similares causas a finales de 2016. En la Agencia y en la Fiscalía se reciben las denuncias (ver subnotas).
El mercado de la belleza es cada vez más grande en el país, pero no se conoce cuántas cirugías se hacen al año ni cuánto dinero mueven. El año pasado, se emitió el acuerdo ministerial 001-2017, un reglamento para “regular los servicios de salud que realizan procedimientos quirúrgicos con fines estéticos”. Allí se ordenó que se remita un reporte estadístico de los años 2014, 2015 y 2016 y se espera que esto permita contar con los primeros datos sobre este tipo de intervenciones, de las que solo se conoce que las de nariz, lipoescultura y aumento de mamas siguen siendo las preferidas.
Ese reglamento intenta regular también la publicidad que deberá ser aprobada por la Autoridad Sanitaria Nacional y que tendrá que incluir la advertencia: todo procedimiento quirúrgico implica un riesgo para la vida.
Mientras tanto, el gremio de cirujanos estéticos en Guayas está preocupado porque un grupo de médicos quiere acogerse a un acuerdo ministerial para ser reconocidos como especialistas sin haber hecho posgrado y aseguran que para ello es imprescindible tener tres años de residencia en cirugía general y un posgrado de tres años o cinco años de residencia en un hospital docente.
Ante estas situaciones, la recomendación es fijarse no solo en lo bueno que saldría de esa cirugía estética, sino también en ese lado feo.
163 denuncias por mala práctica y por ofrecer servicios sin autorización
No existe un registro de cuántas quejas se han presentado por cirugías estéticas mal practicadas o por la existencia de clínicas clandestinas. Lo que hay, según la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada, es un reporte global que incluye todo tipo de denuncias por mala práctica médica o por establecimientos que ofrecen servicios sin autorización. Hasta ahora se reportan 163 casos en el país.
En la Fiscalía, tampoco hay una cifra sobre el número de casos por muertes a causa de cirugías estéticas presuntamente mal practicadas. Las estadísticas se refieren a la cantidad de denuncias por delito de homicidio culposo por mala práctica profesional (no necesariamente médica). De enero a agosto de este año, se han presentado 31 en Guayaquil. El año pasado fueron 40 y el 2016, 36. En Guayas, en ocho meses se contabilizaron 48.
Según el artículo 146 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), “la persona que al infringir un deber objetivo de cuidado, en el ejercicio o práctica de su profesión, ocasione la muerte de otra, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”. Además, se estableció que quien causara el fallecimiento “por acciones innecesarias, peligrosas e ilegítimas”, tendrá una pena privativa de libertad de tres a cinco años.
Para saber
Asegúrese de que el médico le pida exámenes completos para saber si está apto para una cirugía.
Toda operación tiene riesgo, aunque la estadística sea baja. Por ejemplo, en una liposucción puede haber un tromboembolismo (se forman coágulos que viajan por el torrente sanguíneo y pueden ir al corazón, al pulmón o al cerebro).
También pueden presentarse infecciones o una mala cicatrización.