A Latinoamerica le cuesta bajar el hambre
Venezuela, Argentina o Guatemala son las nuevas caras de la desnutrición y la inseguridad alimentaria en Latinoamérica.
En el planeta de estos días hay menos hambrientos que en el de hace veinte años, pero no que en 2015: desde entonces, el porcentaje de personas subalimentadas se ha mantenido en los mismos niveles. La región latinoamericana no es una excepción. Al contrario: al norte del Canal de Panamá, las tasas apenas han variado. Al sur, incluso se han incrementado ligeramente.
Ese 5,5% de personas en carencia en Sudamérica representa un 68% del total de hambrientos de la región, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) presentado esta semana. En ese mismo documento se plantea la pregunta fundamental: ¿por qué hemos dejado de ganar la batalla contra el hambre?
Según este documento, cuando se trata de identificar culpables del hambre, el primer sospechoso suele ser el conflicto. Este factor es el que queda, de hecho, detrás de buena parte de los aumentos en la subalimentación del África subsahariana y de Asia occidental. Pero Latinoamérica está en estos días relativamente libre de guerras a gran escala. La violencia es un problema de primer orden aquí, sí, y sigue entrometiéndose en la cadena de producción y distribución de alimentos en muchos puntos del continente. Sin embargo, no son los países más violentos aquellos en los que más creció el hambre en los últimos 14 años. Con una excepción: Venezuela.
En el caso de Ecuador, el informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la desnutrición en el mundo 2019’, menciona que las cifras tienden a bajar en el mapa de la desnutrición. De los 2,3 millones de personas subalimentadas que habían en el periodo de 2004 a 2006, se bajó a 1,3 millones entre 2016 y 2018, lo cual representa al 8 % de la población del país.
Las cifras publicadas esta semana describen un aumento en el número de personas mayores a 18 años, con sobrepeso. De 1,7 millones en el 2012, llegó a 2,1 cuatro año después. En el caso de los niños menores de cinco años, en este rublo, se mantuvo en 0,1 millones.
América del Sur alberga la mayoría (55%) de las personas subalimentadas de la región, y el aumento observado en los últimos años se debe sobre todo al deterioro de la seguridad alimentaria en la República Bolivariana de Venezuela, donde la prevalencia de la subalimentación aumentó casi cuatro veces, de 6,4% en 2012-2014 a 21,2% en 2016-2018.