“La corrupcion es intolerable”
Algunos que estaban, moral y cívicamente, obligados a enseñar que la corrupción es una lacra, por interés o conveniencia no lo hicieron sino que decían que era normal en la política y que, si hacen obras, no importa que roben; otros, con su silencio la solapaban; ahora todos la critican. Eso trajo como efecto la actual apatía de los ciudadanos comunes hacia ella; la corrupción nos inunda, la indiferencia nos ahoga. Los jóvenes politólogos deben enseñar a las nuevas generaciones que la corrupción es intolerable; si siguen inculcando esas “verdades” del ayer, nuestro país seguirá siendo “una llaga podrida de los pies a la cabeza (Isaías 1:6).
Miguel Ulloa Paredes