“Julian Assange y su refugio en la embajada ecuatoriana”
Se ha escrito tanta falsedad alrededor de este desaliñado personaje, que es hora de poner las cosas en orden. Assange nunca fue asilado político. La razón es simple, sus perturbadas inclinaciones sexuales, de tener acceso sin permiso e incumplir una orden judicial de un juez británico -imitando a Fernando Alvarado- no constan entre las causales establecidas en convenios internacionales que condicionan el asilo. Son delitos comunes, por ello Inglaterra no le concedió un salvoconducto. Assange estuvo refugiado en la embajada. Nuestros gobernantes, adoleciendo una lamentable presbicia cerebral mantuvieron esta situación a un elevado costo moral, cívico y económico. Molesta que se titule a Assange como si hubiese hecho un curso intensivo con la Sra. Vicuña. No señores, no es periodista, es un maligno ‘hacker’ que recibió millones de dólares de Rusia vendiendo información confidencial de su archienemigo. Se lo echa de la embajada no por el gato apestoso, ni por insultar y faltar al respeto a nuestros embajadores, ni por patinar o patear, tampoco por entrar a datos confidenciales de la embajada, ni por tratarnos de insignificantes, ni siquiera por embadurnar las paredes de la embajada... Sale por meterse en asuntos privado con Lenín. Resumiendo: no es asilo, es refugio; no es periodista, es ‘hacker’; no hay nueve razones sino una sola. Lo único cierto es que se trata de derechos humanos... pero de las chicas a quienes abusó.
Dr. Ernesto Vernaza Trujillo