Congestión. El tráfico vehicular en ese sector es bastante complicado y caótico en horas picos (08:00 y 18:00).

“Urdesa requiere mas espacio para los peatones y ciclistas”

Cuatro arquitectos que viven en la ciudadela analizan sus problemas. Plantean que sea más ‘caminable’, que se restrinjan los vehículos y haya una ciclorruta.

La ciudadela Urdesa, que fue construida a finales de la década de los 50 del siglo pasado y cuyas viviendas sin cerramiento exhibían sus jardines y mantenían el contacto directo con el estero Salado, es hoy uno de los puntos más comerciales y congestionados de Guayaquil.

En los últimos meses, las quejas ciudadanas por la inseguridad, tráfico vehicular, falta de parqueos, reducción del espacio para el peatón, entre otros problemas, han sepultado la imagen de exclusividad del sector.

¿Cómo recuperar la tranquilidad y un ambiente más amigable para sus residentes y visitantes? EXPRESO le consultó a cuatro arquitectos que habitan en la ciudadela, quienes plantean ideas que podrían implementarse.

“Los distintos ingresos hacia la ciudadela, que se construyeron como conexión desde Mapasingue, las avenidas Las Monjas, Las Aguas, entre otras, dieron paso al congestionamiento. Mucha gente pasa por Urdesa para irse a Daule, por ejemplo. Así la tranquilidad se perdió”, analiza el arquitecto José Morán Vallejo, quien vive a dos cuadras de la agencia del Banco del Pacífico durante sus 59 años de edad.

Para reducir los trancones, él comparte la idea, que ya han planteado otros expertos, de que las avenidas Víctor Emilio Estrada y Circunvalación Sur sean unidireccionales y que vayan en sentidos contrarios.

Lo propone, aunque extraña andar en bicicleta por su barrio como lo hacía de niño y lamenta no tener suficiente espacio para practicar esa actividad debido a la preferencia que tienen los carros.

El arquitecto Álvaro Dávila Silva coincide con ello. “Hay mucho espacio para los autos y muy poco para el peatón. Las aceras son bastante pequeñas y con muchos obstáculos como tachos de basura y desniveles”, describe.

Dávila, quien es residente de Lomas de Urdesa, quisiera tener más espacio para caminar. Por ello, plantea el aumento del tamaño de las aceras, lo que implica la disminución de la calzada para los autos. Sostiene que veredas angostas de calles como Jiguas y Ficus, necesitan ensancharse al menos en la mínima extensión de 2,50 metros. Eso, asegura, daría la oportunidad de sembrar pequeños árboles cada 20 metros. “Se vería hermoso, vendrían pajaritos y se mejoraría la calidad de vida”.

Incluso, piensa que sería bueno restringir el uso de los automóviles en la ciudadela. “Eso ha dado resultado en ciudades europeas. Es decir, hace falta crear políticas que incentiven a las personas a caminar más”, señala.

Como ejemplo, sugiere aumentar el pago por parquear. “De esa forma se obliga a caminar y se mejora la salud de la población”.

Una ciudadela más humana y caminable también es lo que desea la habitante de Urdesa y arquitecta Verónica Vargas, quien vive entre las calles Todos Los Santos y Malecón.

Para eso, determina que es conveniente cambiar, colocar y mejorar el mobiliario de las aceras de las calles y peatonales.

“Tener luminarias con un correcto funcionamiento e instalaciones soterradas; jardineras y vallas publicitarias que no disminuyan el ancho de la misma; tachos de basura estratégicos en el sector; paradas de buses correctamente señalizadas, pasos cebras a nivel de acera con su respectiva señalización vertical, horizontal y piso texturizado”. Que sí se puede hacer, asegura.

El arquitecto, catedrático universitario y también morador del barrio, Carlos Guerrero Ferreccio, está seguro de que para mejorar la calidad de vida de los urdesinos hay que darle más espacio a peatones y ciclistas.

Él, quien vive en Lomas de Urdesa, sugiere una ruta de ciclovías en la ciudadela, donde los vecinos puedan tener la oportunidad de pasear y hacer deporte.

Añade que la ruta puede incluso conectarse con el patrimonio moderno del sector y de otros sectores de la ciudad. “Este circuito sería bueno para el turismo y ayudaría a descongestionar el sector”, destaca.

Otro asunto pendiente que han detectado los arquitectos, es el conjunto de problemas que acarrea el hecho de que la zona sea cada vez más comercial.

Aunque esa imagen no le molesta a Morán, sí le preocupa. Es que, explica, el Municipio de Guayaquil da permisos para que se abran negocios sin tener un análisis de lo que aquello conlleva. Por ejemplo, el déficit de estacionamientos.

“No hay parqueos. Los locales para negocios deben remodelarse pensando en estacionamientos”, dice Morán. Y, por la cantidad de visitantes y de carros que transitan en el sector, acota que es necesaria la construcción de edificios para parqueaderos.

Datos

El Estero

Recuperar el Estero Salado y que vuelvan las garzas ahí, es otro deseo de los habitantes.

Seguridad

Los arquitectos temen a su ciudadela. Dicen que falta más protección al sector.

Mobiliarios

Los tachos de basura son pequeños y deberían ser mejores, según los expertos.