Manifestación. La comparecencia del periodista Vivanco a Fiscalía fue rechazada por ciudadanos, en Quito.

Ley mordaza 2.0

La voz solitaria se hizo coro. El pedido de campaña del vicepresidente Jorge Glas (“es un debate para después de las elecciones, pero lo planteo: que no exista anonimato en redes sociales”, dijo en marzo último) ha hecho eco en las altas esferas del of

La voz solitaria se hizo coro. El pedido de campaña del vicepresidente Jorge Glas (“es un debate para después de las elecciones, pero lo planteo: que no exista anonimato en redes sociales”, dijo en marzo último) ha hecho eco en las altas esferas del oficialismo.

A su iniciativa se han unido, por separado, voces críticas: Patricio Baca Mancheno, presidente del Tribunal Contencioso Electoral; Juan Pablo Pozo, titular del Consejo Nacional Electoral; o Gabriela Rivadeneira, máxima vocera de Alianza PAIS.

La ola de propuestas encuentra, de entrada, un muro de rechazo en las tres bancadas de oposición de la Asamblea.

“Por favor, dijeron que cambiarían el estilo y frenarían la persecución. El país tiene otras prioridades”, rechaza Cristina Reyes, en representación del socialcristianismo. A su juicio, la regulación no es el peligro: “Lo que hay que saber es detrás de quién van esta vez”.

En SUMA-CREO, el legislador de estreno Héctor Yépez descarta un apoyo de su bancada: “Hablo por todos si digo que no permitiremos una Ley Mordaza también en las redes sociales”. Este bloque, al igual que el socialcristianismo, defendió durante campaña una derogatoria de la Ley de Comunicación, de la cual escaparon las redes en su aprobación. Sin embargo, aun los defensores de una reforma -con mayores posibilidades de éxito- consideran que nuevas regulaciones son “innecesarias”, como lo ha calificado la vocera de la bancada de minorías, Wilma Andrade (ID).

La mayoría absoluta de Alianza PAIS no lo cree. Más allá del planteamiento general de sus máximos representantes, la necesidad de una regulación corre con popularidad en la renovada bancada con poder suficiente para aprobarla sin consentimiento opositor.

La oficialista Verónica Guevara, reelecta para el cargo y comunicadora de profesión, cree que el tema “debería ser parte de la agenda en los primeros seis meses” de la Legislatura. “Aquí no se trata de hacerle daño a nadie ni de prohibir algo ni de coartar la libertad de expresión”, apunta. Para Guevara, en sintonía con su bancada, la clave está en desafiar al anonimato. “Si se acaba el anonimato, se asume la responsabilidad de lo que se dice”, explica la verde flex, quien asegura haber conversado en los pasillos con opositores que no se muestran contrarios a la propuesta de frenar ataque que, sinceramente, sufren todos por igual.

De ser así, Ecuador se incluiría en la corta lista de países que han decidido regular el tema: Venezuela, Irán, Cuba, China y Turquía a la cabeza.

Editor de La Hora ante la Fiscalía

Dos tuits escritos en la cuenta personal de Luis Vivanco, editor general de diario La Hora, motivaron una investigación previa.

La denuncia fue presentada por una funcionaria del Ministerio del Interior.

Ayer, Vivanco rindió su versión en la Fiscalía por el supuesto delito de intimidación.

Es señalado por “graves aseveraciones contra el Gobierno”. En la diligencia tuvo que responder por contenido de sus tuits y fue notificado con la verificación de su red social.

Él precisó que en el primer caso es una opinión personal y en el otro la formulación de una pregunta.

El llamado a Vivanco se da justo cuando funcionarios del Gobierno han hablado de la posibilidad de una regulación de los comentarios en las redes.

Vivanco recibió apoyo de amigos, periodistas y activistas.

Regular

Venezuela. El Gobierno asegura que “las redes sociales son un peligro y el principal instrumento de guerra no convencional”. Regularán su acceso.

Censurar

China. Sus regulaciones censuran contenido que afecta al Gobierno y la “seguridad nacional”. También se ha prohibido el anonimato, impulsando redes sociales nacionales.

Bloquear

Turquía. El Gobierno ha protagonizado apagones informativos en períodos de inestabilidad. Dejando a los usuarios sin acceso a las redes donde se organizan.