Tras entrar en vigencia la sentencia de la Corte Constitucional, el Registro Civil invitó a parejas del mismo sexo a informarse sobre los requisitos para futuros casamientos.

Que los Lgbti se casen, “debemos tomarnos con tranquilidad”, dicen afuera del Registro Civil de Quito

Han transcurrido tres días desde que el Registro Oficial publicó la sentencia de la Corte Constitucional que permite que dos personas del mismo sexo contraigan nupcias.

No hay mayor movimiento: la gente va y viene con calma, los lustrabotas se pasean por los alrededores, las vendedoras atraen clientes. En el Registro Civil, situado en las avenidas Amazonas y Naciones Unidas en Quito, no ha pasado nada. O, al menos, eso parece. Sobre todo cuando ya han transcurrido tres días, este 10 de julio de 2019, desde que el Registro Oficial publicó la sentencia de la Corte Constitucional que permite que dos personas del mismo sexo contraigan nupcias.

Aunque el miedo de grupos que rechazaban —y aún rechazan— la resolución era que, tras oficializar el matrimonio igualitario, muchos gais, lesbianas, bisexuales, intersexuales... iban a hacer fila, pedir su turno y casarse. Pues no. Ni siquiera Efraín Soria y Javier Benalcázar, que fueron los rostros de la lucha en la Corte y quienes lograron el fallo a favor, aún no han llegado a la institución para sacar un turno. Y lo confirmaron a EXPRESO. Dicen que lo harán dentro de los próximos días, aunque ya tienen fijada la fecha de la boda: el 31 de agosto de 2019. Efraín está feliz.

En la fila para solicitar información hay gente que quiere sacar una nueva cédula y otra que busca su partida de nacimiento. También hay aquellos que preguntan por los requisitos del matrimonio, que no igualitario. Un equipo de este Diario pregunta acerca de lo que se necesita para casarse entre personas del mismo sexo: responden lo que el Registro Civil publicó en este link. Nadie mira mal ni tan siquiera se inmuta. Se mantiene la calma.

No hay ningún punto de información extra sobre el matrimonio igualitario. No es necesario. No hay diferencias con el que ya hay entre hombre y mujer.

Afuera, aquellos que van y vienen con calma se toman la molestia para decir: “Todos tenemos derechos... Creo que el matrimonio igualitario está bien. No tenemos que discriminar a las personas, yo estoy de acuerdo”, dice Patricia Cuascota, que llega a las 10:00 a sacar la cédula.

- ¿Qué pasa si ve a una pareja Lgbti que llega a casarse ahora?, le preguntamos.

- “Pienso que debemos tomar con tranquilidad y verlo con normalidad. Todos somos seres humanos, y ante los ojos de Dios todos somos iguales”, responde la señora.

Alexander Cevallos, quien espera a unos clientes afuera del Registro Civil, dice: “Yo estoy de acuerdo que cada quien haga las cosas que quiera a su manera. Si la ley lo ha permitido, que se puedan casar, yo estoy de acuerdo. No estoy en contra de las creencias ni de los gustos que tienen otras personas. Todos tenemos obligaciones y derechos. Y quienes no estén de acuerdo, tienen que ser tolerantes”. Hay gente que simplemente prefiere no hablar de ello. Se resisten incluso a opinar. Y así transcurre una mañana en el Registro Civil.

Mientras que en Guayaquil sí hacen un anuncio: “A las 10:20 en el Registro Civil de la 9 de Octubre y Pedro Carbo una pareja de la Asociación Silueta X va a sacar cita”.

Aún esperan que la próxima semana sí haya más personas Lgbti reclamando un turno.