Limpiando el 30S

La sorpresa mayor que ha tenido el 30 de Septiembre para Correa es que a partir de ese día empezaría su descrédito y el de sus sirvientes. El tiempo ha transcurrido lo suficiente y ya empezó a limpiar la mugre, que con su mano sucia, quiso escribir una historia falsa.

No sabemos con exactitud qué originó la revuelta policial, todo luce como una queja laboral. Tampoco nos dejó un buen sabor la respuesta de las FF. AA. Pero lo que resulta evidente es que ambos sucesos fueron manejados por el Estado de propaganda para montar una de sus tantas mentiras. Empezaron tomándose los medios de comunicación, aplastando severamente las manifestaciones que discrepaban con el dizque golpe de Estado y con el supuesto secuestro de Correa.

Alguien tenía que usufructuar del disturbio policial para contaminar la escena y lograr que Correa sea víctima, rol que sabemos le produce gran satisfacción en su desordenada mente. Lo hicieron ellos. Intoxicaron la comunicación pública para perseguir a Emilio Palacio, a El Universo, a quienes no creyeron en el secuestro ni en el golpe de Estado.

Pero el tiempo llegó y limpió. Está aseando la infamia lanzada sobre los heridos y muertos de aquel 30 de Septiembre. Está enjuagando los procesos injustamente instaurados a gente acusada de querer matar a Correa, a quien y hablando de su pecho abierto, parece que le gusta dejar robar para que pongan el pecho por él.

También se robaron ese día para tener su propia escenografía. Hicieron suyas frases como 30S, Prohibido olvidar, convirtiéndolas en baratas herramientas de mercado. Porque ni siquiera pudieron hacer un trabajo brillante, entre plagios y mediocridad entregaron un trabajo comparado al de ladrones de poca monta. Así son, incluso se han serruchado el piso entre ellos. Prueba de aquello es la metamorfosis de correístas a morenistas.

Ven y limpia. Y así ha sido. El tiempo ha llegado y está limpiando todo. Lo está esclareciendo. La historia que en realidad no podemos olvidar ha empezado a reescribirse.