‘Llamingada’, legado indígena que alienta una defensa de los humedales andinos
La carrera se la practica desde antes de la llegada de los incas. Participan niños desde los 4 hasta los 13 años. Se cumple a 4.000 metros de altura
Practican todos los días en el ir y venir de las escuelas o mientras acompañan a sus padres a las tareas del campo. Estas actividades del diario vivir son parte de las preparaciones para una competencia ancestral: La ‘llamingada’. Es una carrera en la que los jinetes son niños de 4 a 13 años y que se corre en febrero, como una manera de defender y proteger a los humedales.
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Leer másLos pequeños de las comunidades de Sacha y Cumbijín, ubicadas en los límites del Parque Nacional Los Llanganates, en Salcedo (provincia de Cotopaxi), esperan la carrera como si se tratara de unas olimpiadas.
Los jinetes y sus llamas crean un vínculo especial y familiar y es tanto el amor que hasta las ‘bautizan’ con sus respectivos nombres y así las inscriben en las carreras. Erick Chicaiza, de 9 años, es uno de los profesionales en montar. A su camélido lo bautizó como el personaje de dibujos animados ‘Rayo McQueen’, porque aseguró que no pierde carrera. El llamingo es un mes menor que Erick, y lo ha montado desde que podía caminar, asegura su madre, Fanny Guanotuña.
La carrera es de 400 metros y todos los competidores que son los aliados para proteger los humedales, se concentran en la Laguna de Anteojos que está a 4.000 metros de altura.
Los llamingos son utilizados como medios de transporte en las comunidades indígenas de Cotopaxi, pero también son aliados en la conservación de los humedales. Dentro de la cosmovisión indígena, los camélidos son seres divinos. En las comunidades impulsan su crianza y reproducción porque tiene un menor impacto ambiental, ya que su pata tiene forma de almohadilla y no afecta a la compactación de la tierra en el páramo, asegura Ramiro Tamayo, uno de los organizadores de la carrera en este año.
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Leer másEn cada competencia los dueños de sus llamas las visten con colchas, cintas y hasta flores. Mientras que los jinetes llevan sus mejores sombreros, zamarros y ponchos.
Antes de que los montadores hagan sus mejores demostraciones, se da el agradecimiento a la Pachamama, porque el mismo día de la ‘llamingada’, también se evoca el Día Mundial de los Humedales. La fiesta la realizan en el gran reservorio natural del mítico Parque Nacional Llanganates, rodeado de leyendas.
- El parque de casi 220 mil hectáreas está compartido entre las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Napo y Pastaza. Alberga unas 300 lagunas y bosques de neblina. En el 2008 fue declarado como sitio Ramsar, por su importancia como hábitat de aves acuáticas.
Los humedales y lagunas que concentran leyendas
Leer másDe acuerdo a las leyendas ingresar a sus entrañas se lo debe hacer primero pidiendo permiso a la montaña y si al recorrerlo le facilita explorarlo es porque tiene una buena relación con la naturaleza. Pero si la montaña se cierra o la neblina lo desubica es porque requiere de una mejor conexión con la Pachamama, según el yachak Luis Guano. El sitio era considerado como sagrado por los incas.
INCENTIVO A LA ECONOMÍA RURAL
Las comunidades Sacha y Cumbijín son agrícolas y consideradas por el Ministerio del Medio Ambiente como ejemplo en la protección de los humedales en lugares que concentra a cientos de turistas nacionales y extranjeras. También se busca incentivar la economía local promoviendo el turismo comunitario. La carrera se la retomó hace 10 años, pero fue suspendida durante dos años por la pandemia. Durante esta actividad se promueve la gastronomía de la región, con el cuy, asado o frito; empanadas de morocho, trucha o el asado de toro bravo. Cada uno de los platos lo acompañan con las infusiones de la planta del páramo conocida como ‘sunfo’, que calienta el cuerpo y lo cura del mal de altura.