El llanto no basto ante la partida del ‘Monse’
Tristeza, congoja, dolor y lágrimas, son algunos de los sentimientos que afloraron en los cuencanos ayer viernes al sepultar en la cripta de la Catedral de la Inmaculada, el cuerpo del monseñor Luis Alberto Luna Tobar, su “querido y amado Monchito”.
Tristeza, congoja, dolor y lágrimas, son algunos de los sentimientos que afloraron en los cuencanos ayer viernes al sepultar en la cripta de la Catedral de la Inmaculada, el cuerpo del monseñor Luis Alberto Luna Tobar, su “querido y amado Monchito”.
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