Llori se agarra de la brocha
El jueves perdió el control de la Asamblea y el sábado no tuvo cuórum. La presidenta Guadalupe Llori, sin embargo, tiene una última carta por jugar...
67 asambleístas resultan insuficientes para instalar una sesión, pero son más de los que Guadalupe Llori esperaba. Lo del sábado por la noche (una convocatoria de feriado a horas imposibles), más que una apuesta al todo o nada que la presidenta de la Asamblea perdió, como aparenta, fue una medición de fuerzas que demostró las vulnerabilidades de la nueva mayoría. Lo único seguro, a estas alturas, es que este será un carnaval de negociaciones inconfesables. Tres votos (los que le faltan a Llori para hacer cuórum y recuperar el control del Pleno) no son una distancia insalvable; y los operadores políticos del Gobierno no han parado desde el jueves. No les queda de otra: es eso o la muerte cruzada.
La nueva mayoría de la Asamblea Nacional le da la espalda a Guadalupe Llori
Leer másEn la lista de 67 legisladores que acataron la convocatoria de la presidenta hubo algunas sorpresas. No cuenta la socialcristiana Geraldine Weber, que nomás pasaba por ahí como gaviota en Bolivia y luego no la soltaron: “Como estoy en la playa, me he registrado por equivocación”, tuiteó, como si la relación causal fuera evidente. “Pedí que me desregistren y no lo hicieron”. Lo cual puede significar dos cosas: o Geraldine Weber no se entera de nada, o estuvo jugando a dos bandas hasta el último minuto. Dos de sus compañeros de partido sí tomaron partido claramente: Zolanda Plúas y Carlos Falquez registraron su asistencia. A ellos hay que sumar al exsocialcristiano César Rohon, que no estuvo por hallarse fuera del país y no haber principalizado a su alterno (nunca lo hace), pero apoya a la presidenta.
La presencia más inesperada vino del lado de los “rebeldes y patrióticos” disidentes de Pachakutik: Fernando Cabascango había firmado, con nueve de sus compañeros (Darwin Pereira, Mario Ruiz, Mireya Pazmiño...), un comunicado en el que se calificaba de ilegítima la convocatoria de Guadalupe Llori a sesión virtual, por haberse decidido ya en el CAL el reinicio de las actividades presenciales. Ahí estuvo, sin embargo, puntualísimo, registrando su asistencia a las diez de la noche. Parece que Llori lo tiene contra la pared. Como presidente de la Comisión de Garantías Constitucionales, él tramitó el proyecto político más importante del movimiento indígena: las amnistías de un centenar de sus dirigentes (incluidos los de octubre de 2019). Cabascango terminó el trabajo a tiempo pero entregó el informe tres días tarde. Llori puede hacerse de la vista gorda o puede (con absoluta razón jurídica) archivarlo. En resumen: Cabascango le pertenece.
También asistió el vicepresidente Virgilio Saquicela, el hombre que sustituiría a Guadalupe Llori, sobre cuya salida de la bancada oficialista corrieron intensos rumores las dos semanas previas y a quien la nueva mayoría consideraba ya completamente virado. No estuvo, por ejemplo, entre los asambleístas que aparecieron respaldando a la presidenta el pasado jueves, luego de que suspendiera abruptamente una sesión que se le fue de las manos. Saquicela niega que exista una conspiración de correístas, socialcristianos y disidentes de Pachakutik, quizá porque no ha parado de coquetear con ellos. Como miembro del CAL los apoya, por ejemplo, en el espinoso asunto del orden de los juicios políticos, clave para las pretensiones de la nueva mayoría de destituir a los vocales incómodos del Consejo de Participación Ciudadana y recuperar el control de ese organismo.
Así las cosas, las negociaciones solo pueden darse abajo de la mesa y avanzar de voto en voto. Nada ha cambiado en el plano moral de la política ecuatoriana y el Gobierno, para defenderse, ha de jugar con las únicas reglas de este juego: las sucias. De lo contrario, la próxima vez que el Pleno se reúna se activará de inmediato la apelación a la presidencia que quedó pendiente en la última sesión, la nueva mayoría tomará el control y ejecutará su plan anunciado: comisión ad hoc, destitución de la presidenta, reparto de comisiones, asalto al CPCCS, impunidad... No tendría más remedio Guadalupe Llori que llevarse las culebras y lanzas de chonta que confieren un ambiente de paradero amazónico a su despacho.
SE RETRASA LA DEROGATORIA
En la agenda, detenida por la inestabilidad política, figura un punto del mayor interés para correístas, socialcristianos y disidentes de Pachakutik: la derogatoria de la ley tributaria del Gobierno. Ese era el tema de la sesión del sábado y lo fue de la reunión del CAL celebrada horas antes. Ahí, con la abstención de Saquicela, no hubo votos para seguir adelante en este tema.