‘Carpe diem’

‘Carpe diem’ es una locución latina atribuida al poeta romano Horacio y literalmente significa “toma el día”, como sinónimo de “aprovecha el momento”, en el sentido de no malgastarlo.

Esta frase suele asociarse a la locución, también latina: ‘memento mori’, que significa recuerda que morirás, cuyo contenido es despertar la conciencia de la existencia finita y de la naturaleza mortal del hombre.

Horacio sigue la línea de los filósofos epicúreos y argumenta que tanto la belleza y la vida son perecederas, siendo la única certeza la muerte, por lo que “el ahora” debe aprovecharse al máximo. Carpe diem constituye una invitación a disfrutar el momento, a aprender a vivir el hoy y el ahora, sin preocuparse por el mañana. Siendo incierto el futuro, lo único concreto que se tiene es el presente, del cual somos sus actores. La expresión adquiere popularidad como idea central de la película La Sociedad de los Poetas Muertos (1989) dirigida por Peter Weir, constituida en un clásico del cine, cuyo personaje principal es el profesor de literatura John Keating, interpretado magistralmente por Robin Williams, donde un grupo de jóvenes inspirados por su filosofía, apuestan por una actitud ante la vida basada en el principio del ‘carpe diem’.

La temática se basa en el emprendimiento de la mente humana y su expresión, no solo en forma literaria de obras, novelas y poemas, sino en la ejecución del proyecto de vida, en la manifestación ante la vida que proyectamos, condicionada por factores exógenos y una actitud errónea del actor por temor social, miedos internos o simplemente por resignarse a no cumplir sus sueños e ideales.

El argumento existencial es muy bueno, pero por mi formación de educador me permito adicionar algo a la idea central del ‘carpe diem’, exponiendo que si bien es cierto que tenemos que aprovechar el día, esto tiene que darse con visión del pasado para no cometer los mismos errores, y con proyección al futuro, toda vez que nuestros actos de hoy siempre repercutirán mañana.

No debemos hacer nada de lo que tengamos que arrepentirnos o avergonzarnos.