‘Lluvia’ de errores en la Plataforma Financiera
Oficial. EXPRESO solicitó dos veces una entrevista con las autoridades del Secob. No hubo respuesta.
Es uno de los edificios más ‘famosos’ construidos en el gobierno de Rafael Correa. La Plataforma Financiera, ubicada en el norte de la capital, saltó a los titulares de prensa cuando se inundó en mayo de 2017, días antes de ser inaugurada oficialmente.
Entonces, fotos y videos mostraron agua cayendo por los tejados. Los colectores y el alcantarillado colapsaron. Tras el incidente, el expresidente Rafael Correa aseguró que eran “cosas normales en nueva construcción”. Ahora, la Contraloría, en un informe, da algunas luces de las razones que contribuyeron a esas inundaciones.
La megaobra implicó, según la entidad de control, un egreso de 205,7 millones de dólares. La construcción (197,7 millones de dólares) se financió con recursos de un crédito concedido por el Banco de Desarrollo de China. Por eso, en un sui generis artificio legal, el proyecto se adjudicó a la compañía Caam Engineering Co. Ltda.
Esa adjudicación es, precisamente, la primera observación que se hace al proyecto. Según la Contraloría, Caam fue escogido bajo la modalidad de “precio y plazo fijos”. Algo que no existe en la ley del Sistema Nacional de Contratación Pública.
El exdirector del Servicio de Contratación de Obras (Secob) reconoció que ese sistema no estaba en la ley, sino en las “estipulaciones contractuales que limitan el precio del contrato”.
Y esa es solo una de las observaciones legales. La Contraloría también objeta la contratación de la empresa fiscalizadora (Espe-Innovativa EP), así como cambios en el diseño (que no derivaron en una revisión de los costos) o la instalación incompleta de equipos eléctricos y electrónicos.
Pero, ¿por qué se inundó la plataforma? Según el informe, DNA1-0020-2018 publicado en la página institucional, hubo errores en el diseño definitivo y en la construcción del desvío del colector de alcantarillado.
El Gobierno tuvo no uno, sino dos estudios para la construcción de ese desfogue de agua. Los dos, dicen los auditores oficiales, estuvieron mal hechos. El primero fue elaborado por JOrtiz S.A. Construcciones. El segundo fue entregado por Caam Engineering.
Según la Contraloría, la primera compañía recibió 36.159 dólares por una consultoría “que contiene errores en el cálculo en cuanto a la determinación de caudales”. La empresa china, en cambio, diseñó y construyó el colector de la calle Villalengua, por 904.988 dólares, “cuya capacidad hidráulica es menor a la requerida”. Eso ocasionó, añade el informe, que “al existir errores de cálculo en su diseño, la sección del colector no cubra las necesidades reales”.
La prueba de ello fueron las inundaciones de mayo de 2017. Los trabajadores públicos que ocupaban el edificio fueron los principales afectados. Ellos, según la Contraloría, a esa fecha ni siquiera debían estar ahí.
El Gobierno, a través de Inmobiliar, estableció un cronograma de ingreso de los trabajadores a partir del 10 de abril de 2017, sin considerar que, a esa fecha, no contaban con el permiso de ocupación emitido por el Cuerpo de Bomberos de Quito. La inauguración, de igual, se hizo en mayo antes de que Correa dejara la presidencia. El permiso se tramitó en agosto.
Baños
En una inspección hecha después de la inauguración oficial, se determinó que, de los 7 baños para personas con discapacidad, sus accesos eran restringidos porque para ingresar se contaba únicamente con gradas.
Ambiental
Para la ejecución de la obra se contó con un Plan de Manejo Ambiental que contemplaba medidas concretas para 12 meses. ¿El problema? El cronograma de trabajos consideraba la ejecución del contrato en 18 meses, dice la Contraloría.
Eléctricos
La empresa constructora no entregó bienes y servicios eléctricos y electrónicos previstos, por 2,1 millones de dólares. Entre ellos, se mencionan un transformador, lámparas, reflectores, controles de iluminación, terminal de conexión de cables...
Rediseño
El Servicio de Contratación de Obras y la empresa fiscalizadora aprobaron una optimización de los diseños que presentó la constructora. Esto representó una reducción de 22,6 millones que, sin embargo, no se redujeron en la factura total.