El lunes 21 de septiembre empezará el proceso de concesión de la Refinería de Esmeraldas
La inversión esperada supera los 2.400 millones de dólares. El gobierno asegura que se fijará una tarifa competitiva
El proceso de concesión de la Refinería de Esmeraldas avanza pese a los cuestionamientos. Hoy, 18 de septiembre de 2020, el ministro de Energía y Recursos Naturales no Renovables, René Ortíz, aseguró que se estima una inversión extranjera de 2.400 millones de dólares para mejorar y potenciar a la mayor planta refinadora del Ecuador. El concurso internacional arrancará el lunes 21 de septiembre.
El proceso, si se cumple el cronograma oficial, terminará en la primera semana de marzo del próximo año. No se teme que las acciones legales iniciadas por extrabajadores -que piden que no se realice la concesión- de la Refinería sean un obstáculo.
Según el ministro, la operación conjunta permitirá mejorar la calidad de los combustibles derivados de crudo. También se ampliará la capacidad de la Refinería de Esmeraldas para aumentar la cobertura de la demanda de derivados. Actualmente, el país produce solo el 40 % de los derivados que necesitan los consumidores locales.
Se estima, además, que el país tendrá un déficit de más de 245 mil barriles de derivados, por día, en 2030.
Los combustibles más requeridos son gasolinas y Gas Licuado de Petróleo (GLP).
Incluso habrá un ahorro anual de más de 300 millones de dólares. A eso se sumará la optimización de otros gastos y la mejora de la calidad ambiental.
Entre las claúsulas que serán parte del proceso, adelantó Ortíz, estará la estabilidad jurídica para el inversor y la sujeción a las leyes ecuatorianas. Además, Ecuador pagará una tarifa preferencial por cada barril de derivados que produzca la nueva operadora privada de la refinería.
El interesado, entre otros puntos, deberá garantizar experiencia en el manejo de refinerías similares. También se pedirá seguridades adicionales para confirmar que la adjudicada esté bien calificada en el mundo.
El exministro de Energía, que asesora en el proceso, Fernando Santos Alvite, aseguró que la concesión no es una privatización. La planta seguirá siendo propiedad del Estado ecuatoriano. Lo que se hace, puntualizó, es delegar la administración y operación de la refinadora.
