La maca, el ginseng inca que se siembra en Azuay
Es un tubérculo de no más de entre 5 a 6 centímetros, casi invisible en las plantaciones, se cultiva en tierra negra andina, por sobre los 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar.
La maca, más conocida como “el ginseng andino” por sus cualidades curativas y nutritivas, consta en el grupo de los “superalimentos”. Es un tubérculo de no más de entre 5 a 6 centímetros, casi invisible en las plantaciones, se cultiva en tierra negra andina, por sobre los 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar.
“En Perú, Bolivia y Chile es donde más se produce este elemento ancestral”, expresó Antonio Palaguachi, ingeniero agroecológico. Es un alimento andino, señala Palaguachi y gracias al intercambio de experiencias y conocimientos de los agricultores peruanos y bolivianos, la maca está siendo producida en Ecuador. “Los territorios utilizados para el fin expuesto” se hallan en Tulcán, Riobamba y Azuay, refiere Palaguachi.
En Azuay, desde hace dos años la producción es mayor que en Tulcán y Riobamba, con unas tres hectáreas de sembríos en las localidades de Tinajillas, Aurín y La Ramada, jurisdicción del cantón Nabón, 90 kilómetros al sur de Cuenca.
Antonio es parte de un grupo de emprendedores que en unión a unos 300 nativos de la zona de Nabón formaron una corporación denominada “Raíces”.
Su objetivo principal es dar paso a los cultivos alternativos, además de sacar provecho de los terrenos inhóspitos con la producción de un alimento sinigual y además curativo.
Lo más importante, dice Palaguachi, es “retomar la siembra de una planta ecológica que, según registros, fue parte de la vida cotidiana de los incas, y que algunas investigaciones dan cuenta de que existe desde el año 8000 antes de Cristo.
“Han salido noticias sobre que China está produciendo también maca; importó semillas desde el Perú y las está sembrando”, señaló.
Esta planta tiene una gran virtud, “sobrevive a las heladas y a la sequía” y los datos científicos dan cuenta que su “virtudes curativas y alimenticias se deben a las condiciones en las que crece”, sostuvo por su lado la naturópata Socorro Delgado. Delgado considera que, con la siembra de la maca en Azuay, rebajan costos y se llega a más pacientes con su curación. Antes el producto se debía importar, adujo Socorro Delgado.
El proceso de producción de la maca, científicamente conocido con el nombre de “Lipidium meyenii”, es de 9 meses, dos de ellos dedicados a la “deshidratación o secado del fruto” para la industrialización del tubérculo.
Los incas lo denominaban como “el regalo de los dioses”, agregó Antonio Palaguachi.
“Se usa para tratar la impotencia sexual, aumentar la fertilidad, remediar la falta de libido (o deseo sexual) y la disfunción eréctil, además, ayuda a evitar la osteoporosis al consumirla en sopas o guisos”, dijo Socorro Delgado.
“Es nutritiva y energética, ofrece sustancias que regulan y estimulan el organismo, es un complemento ideal para evitar la fatiga, la pérdida de memoria, el cansancio, el estrés y tiene propiedades estimulantes para el sistema inmunológico, estimula las células defensivas o fagocíticas, evitando tumores o cáncer, entre las características más importantes”, concluyó la naturópata.
Es en Perú donde se la siembra se ha masificado y se ha extendido por todo el mundo, por sus grandes beneficios para curar diferentes dolencias y enfermedades. Se ha establecido la industria para el proceso de una variedad de derivados con la maca, y se pretende en Ecuador, con la transparencia de esa tecnología para también elaborar en el país abaratando costos. (F)