Mae Montaño: "Muchos dicen que no son racistas hasta que sus hijos se relacionan con un negro"
La asambleísta dice haber sufrido discriminación y habla con EXPRESO sobre cómo se vive el racismo en el país. Para combatirlo, apunta, hay que solucionar también las diferencias socioeconómicas
La ola de protestas contra el racismo, que inició en Estados Unidos con la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, se extiende por el mundo. La noticia del pasado 25 de mayo en Minneapolis (EE.UU.) llenó de indignación a quienes promueven un mundo inclusivo, y sobre todo, a quienes son parte de las comunidades negras. EXPRESO conversó con la asambleísta afroecuatoriana, Mae Montaño, sobre cómo se vive la discriminación en Ecuador y cómo combatirla.
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- Desde la convivencia, desde mi convivencia, el racismo con los afroecuatorianos se vive a diario en el país. Y solo las personas afros podemos decirlo, porque lo vivimos.
- ¿No lo puedes ver si no lo vives? ¿Cómo se vive?
- De diversas maneras. Ayer un familiar muy cercano a mí me decía que no podía entrar, en Manabí, a un almacén de ropa. La siguen porque piensan que se va a robar algo. Yo recuerdo que cuando era adolescente, era impensable que una mujer negra pudiera trabajar en la secretaría de una institución, en un banco, en un medio de comunicación, ser alcaldesa... Eso ni soñarlo. Yo quería ser maestra, pero sabía que si quería una oportunidad de cualquier trabajo, tenía que estudiar en la universidad. Me convertí en maestra.
- Pero, ¿es algo generalizado o son casos excepcionales?
- Es en todas las áreas, en todo momento. En la escuela, en el colegio y en la universidad... Siempre se reciben comentarios racistas por parte de los compañeros o de los mismos profesores. Eso continúa. Ahora bien, es peor cuando eres negro y pobre. No vive igual el racismo una persona negra pobre que una persona negra que ya ha salido de la pobreza y es profesional.
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- Porque hay fenómenos sociales que se derivan del racismo y que persisten: la discriminación o los estereotipos no han sido eliminados y están en las condiciones de trabajo, en la universidad, en la escuela y en el colegio. Muchas veces no se brinda la misma oportunidad a las personas afroecuatorianas que a las de otras etnias. La pobreza es otro fenómeno. El principal. Hemos dado pasos contra el racismo, pero falta mucho. No se puede combatir el racismo si no combatimos primero la pobreza, la exclusión social y económica.
- A propósito del caso Floyd: ¿Hace falta endurecer las leyes contra el racismo en el mundo?
- Las leyes son necesarias porque son los mecanismos disuasivos. Es lo que le dice a la gente "si caes en una de estas manifestaciones degradantes de la sociedad y nociva para la convivencia habrá una sanción". Es difícil decir acéptame así porque la gente se educó así, porque su familia vive con esos conceptos y principios y porque eso se vive en la escuela, en la calle, en el deporte...
- Siempre se habla de trabajar eso desde el hogar, la familia...
- Lo que se vive en el núcleo familiar es muy importante. Recuerdo que tenía una amiga blanca, cuya familia me decía que no era racista y me aceptaban en su casa. Pero dejaron de ‘no ser racistas’ cuando mi amiga se enamoró de un afroecuatoriano. Eso me afectó, porque ahí les salió el racismo. Mucha gente dice que no es racista, pero cuando su hija o hijo se relaciona con un negro, se dan cuenta de que sí lo son.
- ¿Es posible erradicar el racismo si, finalmente, depende de la mentalidad de cada quien?
- Hay que trabajar en la inclusión porque, repito, se vive un racismo diferente dependiendo de el nivel socioeconómico. Es peor si eres mujer. Por ser mujer, negra y pobre, la discriminación que se vive está triplicada. Si queremos lidiar con el racismo hay que dar más oportunidades a los afros, a los indígenas y a quienes viven en zonas rurales.
- ¿Cómo adelantarnos a qué asesinatos por el color de piel o actos de racismo extremos como el de Floyd no se den en Ecuador?
En la Asamblea tenemos una comisión ocasional de pueblos y nacionalidades, donde incluso, analizamos el tema de la xenofobia contra los venezolanos. Mi interés principal es la lucha contra la pobreza , creo que todas estas otras manifestaciones, como el racismo, se pueden lidiar de mejor forma si trabajamos por los derechos económicos de la gente. Después de trabajar por el feminismo, por el racismo y otras aristas, me di cuenta que lo primero y fundamental que tenemos que cambiar son las condiciones socioeconómicas en las que vive la gente.
- ¿Es necesaria la creciente ola de protestas?
Sí. Sabemos que fuerzas violentas han irrumpido en medio de ellas, pero las protestas pacíficas siempre serán necesarias cuando se afectan los derechos humanos y hay discriminación. Las protestas han servido, históricamente, para empujar los cambios y lo que se busca es una convivencia en paz.
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