Magica y perfecta

Cristiano Ronaldo volvió a vestirse de héroe. Con sus tres goles, el Real Madrid derrotó 3-0 al Wolfsburgo y clasificó a semifinales de la Champions League.

El portugués sabía que el peso histórico estaba en su contra. Apenas dos equipos (Barcelona y Manchester United) habían remontado antes un 0-2 por los cuartos de final del torneo europeo. Y además, hace 29 años que el cuadro merengue no levantaba esa diferencia en esta competición.

Por ello, dos días antes, Ronaldo dijo que para conseguirlo se necesitaba una noche mágica y perfecta.

Y así fue. No solo para él, que anotó los tres goles. Fue perfecta para todo el madridismo, empezando por los hinchas, quienes soportaron una fuerte lluvia desde entrada la tarde, pero que nunca dejaron de alentar y tuvieron el premio que tanto pedían: un equipo luchador, que siempre vaya hacia adelante y que haga sentir el peso de su camiseta.

También lo fue para el cuerpo técnico. Esta vez, Zinedine Zidane tomó las decisiones correctas. La principal fue ubicar a Carvajal como lateral derecho en lugar de Danilo. Él había sido cuestionado, pero siempre contó con el respaldo del técnico. Claro, hasta ayer.

Además, por jugarse por un medio campo con mucho equilibrio y presión alta. Modric, Casemiro y Kroos se convirtieron en verdaderos perros de caza. No regalaron un solo centímetro y desde el inicio impidieron que el rival intente dominar el balón.

Así, el Madrid salió ayer con todas las armas desde el pitazo inicial. Prácticamente impidió que el cuadro alemán pase de la mitad de la cancha.

Ronaldo, con muchas ganas y oportunismo, estuvo atento para marcar el primer tanto a los 16 minutos, tras pase de Carvajal. Ese gol fue el impulso para creer que todo era posible.

Mucho más cuando a jugada seguida cayó el segundo. Ronaldo se anticipó a todos y con golpe de cabeza igualó la serie.

Los españoles siguieron atacando. Querían liquidar el pleito en el primer tiempo, pero la visita reaccionó y alejó el peligro. Aunque no pudo hacer nada para impedir que el portugués anote la tercera y convierta en realidad su noche soñada.