Todo va mal para la OPEP
Por si la crisis petrolera de los últimos dos años no había agotado todas las posibilidades financieras de los países exportadores de esta materia prima, el Reino Unido.
Por si la crisis petrolera de los últimos dos años no había agotado todas las posibilidades financieras de los países exportadores de esta materia prima, el Reino Unido se encargó de rematar la faena la semana pasada. Su decisión de abandonar el bloque de la Unión Europea ha lastrado durante dos días la cotización del petróleo y dejado en el olvido la tendencia alcista de los últimos meses.
Solo dos días -viernes y ayer lunes- ha operado la bolsa desde el ‘brexit’ y el petróleo de Texas, referente para Ecuador, ha perdido casi ocho puntos y cerca de cuatro dólares. Lo peor es que parece que la tendencia se mantendrá mientras dure la volatilidad económica y el debilitamiento de la libra y el euro, ya que la apreciación del dólar conduce a los inversores a valores más seguros como el oro y disminuye la demanda de petróleo.
Este huracán económico llega además en un año difícil para los productores y exportadores de petróleo. No solo Ecuador ha tenido que renunciar a miles de millones de ingresos petroleros que llegaban por la exportación, sino que los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) han entrado en déficit colectivo. Como bloque, su balance de cuenta corriente cerró el 2015 en -99.574 millones de dólares, un largo retroceso desde el superávit de 238.100 millones de dólares de 2014.
Este resultado es consecuencia de que solo cuatro de los 13 países que forman la asociación han tenido resultados positivos en sus balances, según el informe anual de la OPEP, y no han alcanzado cifras suficientes como para compensar los malos resultados de los demás socios.
El descenso de los precios del petróleo redujo en 2015 los ingresos estatales derivados de la exportación de esta materia prima a un mínimo de 10 años. La OPEP no entraba en déficit colectivo desde 1998 y en ese momento, una crisis financiera había asolado la economía asiática y la competencia entre Irán y Arabia Saudí por la cuota de mercado rebajó los precios de crudo de la OPEP a unos 10 dólares el barril.
La respuesta de los gobiernos de la OPEP a la última caída de precios ha agravado sus problemas presupuestales. Desde 2011, varios miembros del cartel han impulsado el gasto en empleos estatales e infraestructura.
En consecuencia, los efectos de la caída de los precios del petróleo son muy evidentes en países como Venezuela -tiene un déficit público del 20 % de PIB- o Nigeria que ha gastado en torno a un 20 % de sus reservas de divisas. Incluso Arabia Saudita, que superó a Rusia como mayor productor de crudo del mundo, también está bajo presión. En diciembre registraba un déficit récord de un 15 % del PIB y ahora planea recortar sus gastos un 14 % en 2016 con medidas como la reducción de subsidios al combustible.