Los males heredados avivan otra concesion
Los altibajos de la Refinería de Esmeraldas provocaron que su producción de combustibles sea menor a la del 2017.
Ningún sector está a salvo. La política de concesiones se extiende incluso a obras emblemáticas. El Gobierno analiza, por ejemplo, la entrega a manos privadas de la Refinería de Esmeraldas. La motivación, según las autoridades, es la serie de anomalías que tiene la construcción supuestamente repotenciada durante la administración del expresidente Rafael Correa.
Carlos Pérez, ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables, reconoció que se estudia la posibilidad de concesión a la empresa petrolera privada Shell. EXPRESO solicitó el 14 de enero detalles de la operación y los alcances del potencial acuerdo pero, hasta el cierre de esta edición, no ha obtenido una respuesta oficial.
Lo que sí está claro es la motivación para buscar apoyo privado. La Refinería de Esmeraldas tiene varias fallas que dificultan su operación y aumentan los gastos mensuales. Solo en 2018, según el reporte estadístico de Petroecuador, la planta paró (parcial y totalmente) 42 veces. En su mayoría, esas paralizaciones no estuvieron planificadas.
¿Por qué se detienen las operaciones de la principal refinadora del Ecuador? La mayor parte de fallos provienen del sistema eléctrico. Es más, una de las unidades más importantes de la refinería tuvo 280 días con baja capacidad debido a los problemas energéticos. Es decir, un elemento vital de la procesadora de Esmeraldas tuvo más de nueve meses de funcionamiento irregular durante el año pasado.
En la lista de fallas que motivaron paras también está el mantenimiento de válvulas y otros materiales dañados. Las reparaciones llaman la atención porque, según el discurso correísta, en la refinería se invirtieron más de 2.200 millones de dólares para dejarla “mejor que nueva”.
Los problemas técnicos provocan, además de reparaciones y paralizaciones, menos trabajo. Durante el año pasado, a decir del informe anual de la estatal Petroecuador, se procesó menos crudo en la planta.
Entre enero y diciembre de 2018, la planta procesó 35,6 millones de barriles de petróleo. Un año antes, ingresaron 37,7 millones de barriles. Es decir, se registró una reducción de 5,56 % (ver cuadro).
Extraoficialmente, EXPRESO conoció que Shell es solo una de las empresas con las que se mantienen conversaciones. Aún no hay algo definido y no se descarta que se llegue a un acuerdo con otra transnacional.
Las obras ocultan corrupción
La repotenciación de la Refinería de Esmeraldas también forma parte de los cinco proyectos emblemáticos del Gobierno anterior que tienen indicios de corrupción. Según las autoridades, el proyecto debió costar (como mucho) 754 millones de dólares. Con los 2.200 millones de dólares utilizados en la obra se pudo “construir una refinería totalmente nueva”.
El Gobierno inició acciones legales por las irregularidades.