En Manabi, los comuneros se visten como sus aborigenes
Se conmemoró el Festival de la Balsa Manteña en la población Agua Blanca. Realizaron ritual como lo hacían las culturas Machalilla, Manta y Chorrera.
La pequeña población de Agua Blanca, ubicada en la provincia de Manabí, específicamente a 12 kilómetros al norte de Puerto López, prepara el XXVI Festival de la Balsa Manteña, una representación ancestral y cultural que vienen realizando desde hace 26 años consecutivos cada 12 de octubre.
Le llaman la unificación de los pueblos o el día de la interculturalidad; aquí realizan una demostración de resistencia a dejar las costumbres de sus antepasados.
En este festival, la mayoría de la población de aproximadamente 300 habitantes colabora con eventos culturales, el principal es realizar una demostración de adoración y culto como lo hacían las culturas que se asentaron en esos territorios (Machalilla, Los Mantas, Chorrera, entre otras), que hasta la actualidad se conservan intactas, sus calles polvorientas aún existentes y costumbres que aún conservan de manera celosa.
Arturo Maldonado (32), oriundo de esa comunidad y quien lleva participando cerca de 17 años, indica que la representación para el festival es vestirse como los indígenas que habitaron en el lugar, semidesnudos, con taparrabos que son hojas secas de plátano, pintarse el rostro de color y realizar rituales ceremoniales, pasear en procesión en una enorme balsa por toda la comunidad, que representa a Los Mantas.
“La mayoría de la población participa en el festival disfrazándose como nuestros antepasados. La idea es rescatar esas costumbres y culturas ancestrales que se han ido perdiendo con el tiempo; en esta fecha (12 de octubre), en el país se celebra el Día de la Raza, pero acá celebramos a la Balsa Manteña, aquí recordamos una pequeña protesta cuando llegaron los españoles a invadir nuestros territorios”, indicó Maldonado.
Hugo Asunción, guía comunitario, señaló que la balsa representa a los grandes navegantes manteños llamados también ‘Balseros del sur’ y lo realizan para recuperar esa interculturalidad que mucho se está perdiendo. “A través de esta actividad queremos recordar nuestra identidad y las culturas que se asentaron en nuestro territorio.
En el siglo XVI llegaron los españoles a estos lugares a saquear todo el recurso que tenían nuestras culturas antepasadas, ahora con esta acción, afirmamos que estamos seguros de dónde venimos”, recordó Asunción.
A pesar de que esta actividad cultural no cuenta con el apoyo económico de las instituciones municipales, gubernamentales ni otras, se autofinancian con lo que recaudan del turismo comunitario, del que vive esta población.
En el sitio existe un museo arqueológico donde reposan piezas extraídas desde ese mismo lugar, un pozo sulfuroso a cuyas aguas atribuyen propiedades curativas, asentamientos indígenas que se encuentran intactos, además de la venta de reliquias y artesanías hermosas de tagua, concha Spondylus hechas por 17 mujeres y diferentes variedades de aceites relajantes del palo santo.
Raúl Ventura, presidente de la comunidad de Agua Blanca, indica que la actividad además de ser cultural es turística, ya que esto permite promocionar las bondades de Agua Blanca.
Económicamente, el festival representa un gasto de 1.800 dólares que es financiado con una parte de lo que recaudan del turismo comunitario.
“Por cada turista que ingresa a la población dejamos un porcentaje para este festival y estamos gestionando ante el Patrimonio Cultural para que nos colabore ese día con algún grupo folclórico”, señalo Ventura.
Otros pueblos
No festejan por falta de recursos
Hace cinco años, el festival recorría las poblaciones de Machalilla, Puerto López y otros puntos cercanos al sitio Agua Blanca, pero por la falta de recursos económicos y de apoyo ahora solo se centra en la población. El 70 % de esta comuna vive del turismo comunitario, agroturismo; anualmente ingresan a este lugar aproximadamente 16 mil visitantes. Actualmente el ingreso para todas estas actividades turísticas tiene un costo de 5 dólares por persona; estudiantes y tercera edad solo pagan el 50 % de ese valor.