En el estadio Alberto Spencer se practica escalada, la disciplina en la que se reportaron los abusos.
En el estadio Alberto Spencer se practica escalada, la disciplina en la que se reportaron los abusos.Christian Vinueza / Expreso

Las mañas de los abusadores sexuales

Confianza y actitudes de afectividad les sirven para crear credibilidad. Al verse descubiertos, adoptan un papel de víctimas. Hablan psicólogos

El 15 de marzo pasado, las autoridades colombianas confirmaron la detención de Carlos Eduardo Cuero, un pastor evangélico que abusó de nueve mujeres que fueron señaladas como escandalosas por feligreses que salieron en defensa del agresor.

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En México, Gloria Trevi defendió por años a Sergio Andrade de sus delitos sexuales. En Guayaquil, dos campeonas deportivas menores de edad, víctimas de abuso, ven cómo los padres de sus compañeros de disciplina salen en defensa del presunto agresor, el entrenador que le pedía fotos desnuda a una de ellas, a cambio de implementos deportivos, y que a ambas les tocó las partes íntimas, de acuerdo la denuncia de sus madres.

Que un agresor pase a víctima es común en este tipo de caos, reconoce Gabriela Febres-Cordero, psicóloga clínica, con un diplomado en Psicología Jurídica, y quien tuvo la oportunidad de participar en varios peritajes de este tipo de escenarios en la Fiscalía.

En el caso de FedeGuayas -señalada por no tomar medidas-, hay padres como Pepita Cortez que salen en defensa del entrenador, al punto de señalar a las víctimas y a los medios y decir que tienen “la certeza absoluta de que es inocente y de que esto es una acusación falsa”, sin considerar el riesgo en el que podrían estar sus propios hijos. La experta explica que este tipo de actitudes surge a raíz de ideales forjados en torno a los logros que representa para sus hijos -y para ellos- pertenecer a un grupo deportivo.

Se actúa en negación cuando no se quiere lidiar con las consecuencias.

Gabriela Febres-Cordero,

Psicóloga clínica

EXPRESO sigue el caso y, hasta el cierre de esta edición, la Federación Deportiva del Guayas no había entregado la documentación a la Secretaría de Derechos Humanos.

Las madres de las campeonas menores de edad oficiaron sus denuncias a Fiscalía en noviembre de 2021 y este marzo.

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Cuando el agresor ha compartido el entorno del menor, establece, a propósito, una relación de confianza, detalla la psicóloga. “Muchos agresores actúan de ese modo: plantan una relación afectiva, buscan -y obtienen- opiniones positivas, para que, más adelante, todo eso pueda ser puesto en su defensa”, analiza Febres-Cordero.

Quienes defienden al agresor también son víctimas, explica. Al no quererse ver como parte de un escenario horror como este, adoptan mecanismos de defensa de la psiquis que los aleja del tener que enfrentar si, por ejemplo, también fallaron como padres.

CasoLa fiscal que lleva es Emily González, pero desde Fiscalía se explicó que en estos casos no es posible dar declaraciones.

“Cuando se supera esta etapa, viene la frustración y el reconocimiento y arrepentimiento testimonial. He visto a muchos padres lamentar no haber visto señales de abuso antes”, cuenta la psicóloga.

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Las madres de las niñas denunciantes conocen que existe al menos una menor en el equipo que habría sufrido lo mismo que sus hijas, pero que decidió no hablar porque su mamá “no le creería nunca”. En otro caso, un joven que fue testigo del caso recibió implícita orden de sus padres para “no meterse en problemas”. Todo esto lo tienen registrado.

Febres-Cordero dice que es una actitud comprensible. “Los menores conocen las consecuencias de no someterse al poder de los padres, y les cuesta aún. No tienen las herramientas para obtener por sí mismos sus deseos y convicciones”.

Jaime Moscoso, psicólogo, abogado, máster en Antropología y coordinador del posgrado de Psicología Forense en la Universidad Internacional SEK, confirma también que el vínculo que crea el agresor determina las posturas de sus defensores en casos como este.

“Hay ocasiones en que hay personajes que pueden proyectar una imagen social buena, como el asesino serial Ted Bundy, en Estados Unidos, que se mostró amigable. Y seguía teniendo un club de fans aún cuando se sabía que abusaba y mataba mujeres”, explica.

  • Defensoría vigila el proceso

La Defensoría del Pueblo se suma al caso de los menores abusados en la federación para vigilar el debido proceso, confirmó la Secretaría de Derechos Humanos ayer.

Además, la cartera hizo énfasis en que aún espera que la Federación Deportiva del Guayas envíe los informes que asegura tener en el caso de escalada.

Otros tres casos se indagan en las disciplinas de remo, taekwondo y patinaje.