Donald Trump
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, en un traslado oficial.EFE

El mandato duro de Donald Trump se esparce por Latinoamérica

Los electores prefieren liderazgos radicales a cambio de soluciones

Desde que inició su segundo mandato y a poco de cumplir su primer mes, Donald Trump ha tomado decisiones que han sacudido la institucionalidad de Estados Unidos y han reforzado su estilo de liderazgo confrontacional. 

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Su salida de organismos internacionales, la firma acelerada de decretos y su insistencia en la polarización política han llevado a expertos a preguntarse si su modelo de gobierno se asemeja más a los populismos que conocemos en Latinoamérica o si responde a un fenómeno global de desinstitucionalización y crisis de representación.

Una estrategia populista

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Para el analista y académico César Ulloa, el discurso de Trump presenta elementos típicos de la estrategia populista conocida en nuestra región, como la idea de refundar la nación. 

“Cuando Donald Trump dice que hará a Estados Unidos grande otra vez, lo que está haciendo es desconocer la trayectoria previa (...) ofreciendo un nuevo estado de cosas con una administración que se separa completamente de la clase tradicional”, explica. En este sentido, su retórica se asemeja a la de líderes latinoamericanos, como Juan Domingo Perón en Argentina o Hugo Chávez en Venezuela.

También Ulloa destaca que el mandatario estadounidense no solo enfrenta a los demócratas, sino que coloca a cualquier opinión divergente a la suya en el campo de la oposición. Esta estrategia, sumada a la constante necesidad de mantener un adversario en la escena política, refuerza su liderazgo ante su base de seguidores.

Este ascenso de liderazgos populistas como el de Trump responde a una crisis más profunda que afecta a la política global. El politólogo Giuseppe Cabrera señala que “el sistema no ha sabido dar respuestas creíbles y legítimas a los perdedores de la globalización y de la crisis económica”. En este contexto, Trump, como otros políticos populistas, ha sabido canalizar la frustración de una parte del electorado y dirigirla contra enemigos internos y externos.

DESINTERÉSSegún el Latinobarométro de 2024, 1 de cada 4 latinos se declararon indiferentes al tipo de régimen dando cabida para populismos y autocracias.

“Tienen un nivel de frustración y esa frustración tiene que ser dirigida a un enemigo y ese enemigo se los a provisto Trump”, explica Cabrera. Según el analista, el descontento con las élites, el impacto de la crisis económica y la percepción de que los políticos tradicionales han fallado en mejorar sus condiciones de vida han llevado a muchos ciudadanos a optar por figuras que desafían el statu quo, aun cuando son radicales. Lo que sucede en Hungría, Alemania, Francia, entre otros.

Cómo influye el efecto Trump en la democracia

El impacto de Trump en la democracia estadounidense también es motivo de análisis. Ulloa sostiene que su estilo de gobierno ha generado tensiones en las instituciones, pero reconoce que Estados Unidos tiene una estructura más sólida que ha logrado frenar algunas de sus iniciativas. Además, indica que la experiencia de varios países observa que tras el paso de populistas por la administración, las instituciones entran en una crisis profunda que debe ser asumida por sus predecesores.

Los expertos discrepan en si Trump es un caudillo. Para Ulloa no lo es, pues Trump no busca consolidar una estructura de poder dentro de los republicanos. Cabrera cree que sí “porque el Partido Republicano ha cedido completamente ante su liderazgo y no le pone límites”.

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