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DANIEL NOBOA Y MARCELA AGUIÑAGA
La última polémica surgió por la cercanía de la prefecta Marcela Aguiñaga con el presidente Daniel Noboa.TOMADO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

Marcela Aguiñaga y su Rosa de Guadalupe con Daniel Noboa | Por Martín Pallares

Análisis | Este episodio es lo que viven muchas autoridades locales: no les queda otra que aparentar simpatía por ayuda

Uno de los temas calientes, estos días, en la conversación nacional es el de las relaciones entre el presidente Daniel Noboa y la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga. En los corrillos políticos se especula, por ejemplo, si Noboa corteja o trata de congraciarse con Aguiñaga apostando a que la prefecta rompa con su líder Rafael Correa o para tantear si puede convencerla para que sea su compañera de papeleta para la reelección. Es más, hay quienes sostienen que, si se observa detenidamente el lenguaje corporal del presidente en su más reciente aparición con la prefecta y el mensaje que le dedicó a Correa tachándolo de “celoso” por un reciente encuentro suyo con Aguiñaga, se evidencia una conducta de galán de telenovela con claras intenciones de conquista… política.

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Pero como en toda especulación, hay mucho de fantasía con un poquito de realidad. De lo que se sabe de fuentes cercanas a la prefecta y de periodistas que siguen el tema, todo se puede resumir en la clásica escena en la que un galán corteja a una chica a la que no le gusta nadita el acercamiento, pero que no puede hacerle un desaire porque sus intereses se lo impiden. A Aguiñaga, dicen las fuentes cercanas a ella, la único que la moviliza actualmente es hacer un buen trabajo en la Prefectura del Guayas para poder ser reelecta en las próximas elecciones seccionales. Por eso, no puede darse el lujo de crear una situación de tensión con el presidente Noboa porque los recursos vienen del Ejecutivo.

Cuando asumió el cargo, las arcas de la Prefectura estaban vacías y los pocos recursos que había ya estaban comprometidos en proyectos planificados por la anterior gestión. Entonces, sin recursos, Aguiñaga no iba a poder hacer nada. De ahí surgieron las conversaciones para que Noboa extienda una garantía soberana que le servirá a Aguiñaga para gestionar un préstamo internacional por 100 millones de dólares. Ese tema Noboa promocionó en redes, medios y lo llevó incluso a organizar un acto con la presencia de la prefecta donde se anunció oficialmente la entrega de la garantía para que puede endeudarse. Hay que ver el video de esa ceremonia porque es bastante sintomático lo que ocurre: Noboa hace sus mejores esfuerzos para congraciarse con la prefecta, pero ésta se comporta con frialdad y como haciendo de tripas corazón le sigue el juego. Noboa, al final de la escena, le entrega un maceta con una orquídea en flor, lo cual no deja de ser algo insólito: ¿alguna vez había regalado flores a un funcionario o a una mujer funcionaria? No.

Lo que vino pocas horas más tarde es bastante sintomático: Aguiñaga publica en sus redes sociales un video hecho por ella mismo, sin ninguna producción y sin hacer el más mínimo esfuerzo por salir atractiva, como normalmente lo hace. En ese video marca distancias con Noboa y, más bien, lanza señales de simpatía al alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, convertido ahora en el gran antagonista del presidente en esa ciudad. Fuentes cercanas a Aguiñaga sostienen que la prefecta salió molesta de la ceremonia de la entrega de la garantía soberana e hizo el video sin la ayuda de sus asesores de imagen ni nada. Fue algo que le salió del corazón y donde dice que lo que realmente le importa es hacer un buen trabajo en la Prefectura. En el círculo de Aguiñaga, además, se niega enérgicamente que exista la más mínima posibilidad de que ella piense siquiera en ser compañera de Noboa en las próximas elecciones como se rumora en los corrillos políticos de Guayaquil.

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Las fuentes del círculo cercana a Aguiñaga sostienen que el video fue el resultado de una decisión propia de la prefecta y que nadie intervino. Sin embargo, queda la duda de si la funcionaria recibió algún jalón de oreja por su presentación con Noboa. Se trata, sin duda, de una posibilidad a la que no hay como descartar. No se puede dar por descartado que, desde el correísmo o desde el mismo expresidente y prófugo Rafael Correa, haya llegado un reclamo por las aparentes señales de cercanía de Aguiñaga con quien ahora se ha erigido como el gran adversario del correísmo. No hay que olvidar que, días antes, Correa y Noboa tuvieron un cruce bastante curioso en X.

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Correa, evidentemente molesto con tanta promoción que Noboa estaba haciendo de la garantía soberana a favor de la Prefectura del Guayas, lo muchacheó al presidente. “Muchacho. No seas ridículo”, le dijo y agregó que eso de las garantías soberanas también existieron en su gobierno. A eso, Noboa le respondió con un mensaje también muy curioso. “Nerón, no sabía que, además de amargado, eras celoso”, le escribió el presidente con lo que se puso en evidencia como el hombre alfa que quiere restregarle a otro una supuesta conquista. Con ese mensaje, Noboa sexualizó un tema que de sexual no tenía absolutamente nada.

Lo de Aguiñaga, en realidad, es lo que viven muchas otras autoridades de gobiernos locales: no quieren o no pertenecen al movimiento del presidente Noboa, pero no les queda otra alternativa que aparentar simpatías para no perder la posibilidad de financiar sus obras. El mejor ejemplo es el del prefecto de Manabí, el correísta Leonardo Orlando. Puro interés, como se dice.

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