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Mariela Mortola: “Algunas personas me dicen que me parezco millon a mi mama por las pecas y la risa”
Estar frente a Mariela Mórtola Viteri, de 21 años, es ver a su madre, Mariela Viteri, la popular presentadora y propietaria de la revista Mariela y radio Fuego.
Estar frente a Mariela Mórtola Viteri, de 21 años, es ver a su madre, Mariela Viteri, la popular presentadora y propietaria de la revista Mariela y radio Fuego. Nacida en Bahía de Caráquez, tiene la misma sonrisa, muchas pecas... Pero también posee el empuje de su padre, el arquitecto Ricardo Mórtola.
En esta entrevista con EXPRESIONES habla de su emprendimiento, la tienda virtual Kuyani, recuerda a su padre —quien falleció en 2014— y aborda los temas que son un tabú para su progenitora cuando se trata de su hija.
A pesar de que sus padres han sido personajes públicos, usted siempre ha preferido el bajo perfil.
Desde pequeña he visto a mi mamá rodeada de gente, con cámaras y siempre sentí un rechazo a aquello, pero lo he superado un poco. Ya lo manejo mejor que antes, cuando me toca lo hago con buena cara y con una sonrisa. Antes tenía que esperarla horas de horas, la gente quería tomarse fotos y eso era motivo de peleas. Me traumaba. Con mi papá era diferente, otra onda.
Sin embargo, su hermano Ricky no se complica.
Ricky es más relajado, es bueno, si le dicen que haga algo lo hace sin problemas.
En una de las ocasiones que usted regresó de Europa se enojó muchísimo porque las cámaras de Miguel Cedeño la esperaban.
Mi mamá se puso histérica por eso. Yo estaba cansada, venía de un viaje muy largo y no quería ver a nadie. ¡Pobre Miguel!
Con su mamá ha iniciado un negocio virtual.
Queremos dar un impulso a muchos emprendimientos a través de una tienda virtual, una especie de Amazon. Mi mamá me explicó la idea y le sugerí que incluyera algo de conciencia social. Pulimos el proyecto, buscamos a los proveedores de diferentes productos. Se llama Kuyani (‘amor’ en quechua) y ofrecerá ropa, zapatos, accesorios... Acabamos de hacer un prelanzamiento, pero la plataforma estará disponible el 1 de abril. La gente podrá comenzar a comprar.
¿Qué pasó con Marielita, la diseñadora de bisutería?
Ya la superamos. Mi mamá me obligaba (risas). Era solo un hobby y de la nada me puso un negocio. No me considero muy creativa, creo que estaba aburrida y por eso empecé aquello.
¿Cómo es su vida en Italia?
Estoy súper bien. Allá vivo desde 2015, me gusta millón Italia, aprendí el idioma, aunque mi gramática es horrorosa. Comparto la casa con una chica italiana y le dije que solo quería hablar en su lengua. Tengo doble nacionalidad.
¿Vive en una de las capitales de la moda?
Pero casi no disfruto Milán de esa manera porque solo paso estudiando. No me costó acostumbrarme porque siempre he sido muy independiente, pero el estudio es sumamente fuerte, no solo porque es en otro idioma sino porque los alumnos tienen mejores bases adquiridas en el colegio. Las materias del primer año, muchos las vieron en la secundaria.
¿Quiere volver o quedarse a vivir allá?
En julio me gradúo en la carrera de Economía y Gestión de Negocios, luego deseo trabajar y hacer una especialización en Marketing. La he trabajado bien a mi mamá, así que creo que no le sorprenden mis decisiones.
¿A quién cree que se parece más: a su papá o a su mamá?
Algunas personas me dicen que me parezco millón a mi mamá por las pecas y la risa. Otras dicen que me parezco a mi papá. La locura creo que la heredé de ambos (risas).
¿Qué extraña de su progenitor?
Esa pregunta es ‘heavy’. Creo que el apoyo en el sentido de los estudios. Siempre me decía que me tenía que preparar y que me pueden quitar todo, menos lo que tengo en la cabeza. Quería que estudie en el extranjero, me pegó esas ideas. Me afectó mucho su muerte. Mi mamá se toma más suave lo de los estudios. Ahora estoy en clases y he perdido una semana. Mi papá me hubiese asesinado.
Su mamá inició una relación sentimental, pero fue algo fugaz.
Ya no están juntos con Lev, no sé mucho del tema. Solo lo vi tres veces. Mi familia es mi mamá y mi hermano, nadie más. Son sus decisiones, solo quiero que sea feliz. Mi mamá no ha tenido pareja por mucho tiempo.
¿Le molesta que esté con alguien?
Antes sí, era supercelosa, me volvía loca. Tuvo un novio (Mario Dapelo) hace tiempo, que me caía un poco mal. Fue un período complicado porque era pequeña y fue después del divorcio. Con mi papá no sentía celos, era más relajada. Además él era muy reservado, creo que me enteré de que tenía una novia cuando ya llevaba cuatro años de relación.
Pero en algún momento el nido quedará vacío...
Lo sé. Obviamente no quiero que se quede sola. Tal vez mi hermano también estudie en el extranjero. Quiere ser periodista deportivo. Sabe mucho de fútbol. Nos llevamos muy bien, es muy maduro y medio vago, pero superpilas.
¿Usted no deja títere con cabeza?
Solo soy objetiva (risas).
¿Ser la hija de Mariela Viteri ha sido positivo o negativo?
Más pesa lo positivo. Lo malo es estar expuesta y que muchos crean que por ser su hija todo se da fácil. A veces no creen en mi potencial o no me dejan explotarlo. Quiero lograr las cosas por mí misma. Eso me hace responsable y me enseña millón.
Muchos la recuerdan como la niña gordita, pero luce una bonita figura ahora.
De niña tuve ese problema, muchas subidas y bajadas de peso. Me ayudó la pubertad. Aumenté algunas libras cuando llegué a Italia. Allá todo el mundo come pastas y pizzas. Le conté a mi mami porque me sentía mal con mi cuerpo. Mi health coach, Ana Cristina Jarrín, me enseñó a comer saludable y cambió mi vida. No hago dietas. Amo los vegetales, las frutas. Allá la comida es muy mediterránea, los italianos se sirven una porción racional de pasta y nada más, además saben combinar los alimentos.
Allá hay mucho europeo guapo suelto. ¿Está enamorada?
Para nada, me da pereza. Eso me ataría y yo quiero volar. Solo se ve y no se toca (suelta una carcajada). Si a mi mamá le dijera que tengo novio, creo que se muere. Es supercelosa.
Existe justicia divina y le plantearé la pregunta con la que su mamá ha atormentado a sus entrevistadas en la TV y en la revista Mariela durante años: ¿usted es virgen?
(Suelta una carcajada). No me haga esa pregunta. Yo soy virgen, pero es un tema tabú entre mi mamá y yo, sin embargo ella pregunta sobre esos asuntos a sus entrevistados y a todo el mundo. Conmigo jamás ha tenido una charla de sexo. Creo que con Ricky sí. Me ha dicho siempre que no es mi amiga, sino mi madre. El mundo da vueltas y es una prueba por la pregunta que me ha hecho. ¡La plena! (risas).