Masiva bendicion de ramos en el inicio de Semana Santa
Con la bendición de los ramos, celebración de misas, cánticos, confesiones y la promesa de participar en las procesiones del próximo viernes, miles de católicos iniciaron ayer la Semana Santa o Semana Mayor, un tiempo de recogimiento y devoción que está marcado por tradiciones y costumbre.
El Domingo de Ramos recuerda el ingreso triunfal de Jesús a Jerusalén. En las celebraciones de ayer los creyentes utilizaron ramos elaborados con bambú, plantas como manzanilla, romero y olivo adornados con algunas flores, para que el sacerdote proceda a bendecirlos y luego guardarlos en casa como símbolo de protección.
De rodillas o de pie, solos o acompañados de sus familiares, los fieles escucharon las misas que se oficiaron en diferentes iglesias de la ciudad.
A las 10:45, una decena de personas se concentró en la iglesia El Sagrario para acompañar a monseñor Luis Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil, quien con una palma en lo alto, en medio del canto de una alabanza que dice: “Bendito es el que viene en nombre del Señor/ Hosanna en el cielo, Hosanna en las alturas...”, entró a la Catedral para oficiar la misa de Domingo de Ramos.
La liturgia del Domingo de Ramos se expresa por medio de dos ceremonias, una de alegría y otra de dolor. La primera es la bendición y procesión de las palmas, la cual permite, aún después de muchos siglos, revivir la escena grandiosa de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. La segunda ceremonia es la misa, cuyos cantos y lecturas se relacionan exclusivamente con el doloroso recuerdo de la Pasión de Jesús.
Durante la liturgia, monseñor recordó estas escenas, e invitó a los asistentes a reflexionar sobre el amor que Jesús nos dio y que tengamos presente que Dios siempre está con nosotros. “Pero recuerden que cada vez que no perdonemos y que cometamos pecados estamos crucificando a Jesús. Hagamos que siempre Dios viva en nosotros”, señaló.
Los feligreses reflexionaron y rezaron en voz baja. Por momentos levantaron la mirada al altar para agradecer a Dios por sus bendiciones, a la vez que pidieron por mejores días.
Al término de la misa, todos se esforzaron por extender sus ramos para que sean bendecidos con unas gotas de agua que se repartió entre la multitud.
Natividad Carriel, de 45 años, indicó que su ramo bendito lo colocará en su dormitorio como protección.
En cambio, Mercedes Carrillo, de 50 años, aprovechó la celebración para confesarse. “Así estaré preparada para recibir a Jesucristo en mi corazón durante la Semana Santa”, dijo.
La misa por Semana Mayor se replicó en otras iglesias católicas de la ciudad, desde la mañana hasta la noche.
En Nuestra Señora de la Alborada y Czestochowa (norte), y la parroquia Bautismo de Jesús (noroeste), a la misa por Domingo de Ramos le precedió una procesión en la que los fieles caminaron entre 10 y 20 minutos hasta llegar al templo.
En San Agustín, el padre Wilson Malavé, dijo: “en esta semana debemos renovarnos y revisar nuestra conciencia”.
Con la bendición de los ramos, celebración de misas, cánticos, confesiones y la promesa de participar en las procesiones del próximo viernes, miles de católicos iniciaron ayer la Semana Santa o Semana Mayor, un tiempo de recogimiento y devoción que está marcado por tradiciones y costumbre.
El Domingo de Ramos recuerda el ingreso triunfal de Jesús a Jerusalén. En las celebraciones de ayer los creyentes utilizaron ramos elaborados con bambú, plantas como manzanilla, romero y olivo adornados con algunas flores, para que el sacerdote proceda a bendecirlos y luego guardarlos en casa como símbolo de protección.