El matrimonio en la iglesia no cuesta, la ofrenda si
Cuando la iglesia se convierte en negocio, se dice que... la salvación no es tan gratuita...Francisco, papa de la Iglesia católica
No, señor. Usted no paga el sacramento matrimonial. Es gratis. Lo que no es gratis es la ofrenda, que cuesta, que es ineludible, que incluso viene con precio marcado cuando se acerca a una iglesia a preguntar cuánto vale casarse por estos días.
Diario EXPRESO realizó un recorrido por las diferentes parroquias de Guayaquil y pudo comprobar que no existe una tarifa unificada para la ofrenda matrimonial. Esta varía en precios de forma aparatosa.
Puede usted, por ejemplo, llegar a Mucho Lote 1 y hallar que un matrimonio en la iglesia San Lucas Evangelista cuesta $ 40, y avanzar a Urdesa, en la Víctor Emilio Estrada, donde una sonriente secretaria le dirá que si su anhelo es casarse en la San Antonio María Claret, tendrá que “ofrendar” $ 300.
Así por todo Guayaquil. En la bahía, la iglesia San Alejo cobra $ 70. Al preguntarle a su secretaria por qué “tan barato”, ella, amable y solícita, contesta: “Así somos aquí”. Mientras que en la San Francisco, en la 9 de Octubre, desde una ventanilla, una señorita extiende un papel impreso a quien solicita información. Allí se lee entre requisitos y otras anotaciones necesarias: “iglesia: $ 250”.
EXPRESO buscó a la Arquidiócesis de Guayaquil para aclarar el porqué de esta diversificada “oferta” en el costo de las ofrendas; pero su vocero, César Piechestein, dijo no poder dar declaraciones.
Quien sí habló, en cambio, fue uno de los sacerdotes. Desde Mucho Lote 1, el padre Roberto Rodríguez explica que en su parroquia la contribución por el matrimonio vale $ 40. “Esto de la ofrenda depende un poco del sector. Acá el mínimo es ese, si el fiel quiere dar más, puede hacerlo”. Ese rubro incluye adornos en el lugar, que los novios pueden mejorar, si así lo desean.
Otro detalle curioso de las ofertas es el que propone la imponente iglesia Nuestra Señora del Carmen, frente a la plaza Victoria, en la avenida Quito. Allí la ceremonia tiene un valor de $ 150 en el templo principal, pero si los novios “quieren algo más íntimo”, pueden pagar $ 200 y casarse en la capilla, que tiene capacidad para 80 personas. Estos precios no incluyen ningún tipo de ornamentos en el área el día de la ceremonia.
Roddy Espinoza tiene 34 años y se casó hace dos en la iglesia María Reina, de Puerto Azul. Pagó $ 250. “No se ve bien que cobren. Es incorrecto, porque aunque dicen que no lo hacen, que el rubro que se pide es para el mantenimiento, para los servicios básicos, etcétera, exageran. A mí, además, me tocó gastar para adornar la iglesia el día de mi boda”.
Él, antes había “cotizado” en la iglesia María Madre de Los Ceibos. Le enviaron de allí un correo que reza: “Al recibir esta comunicación de aprobación, deben confirmarla entregando en la parroquia un adelanto de la ofrenda. La ofrenda mínima que se pide es de $ 200. Se recuerda, sin embargo, que ningún sacramento tiene un “costo” y que la ofrenda no es un precio fijado. Los novios son siempre libres de dejar más de lo mínimo que usualmente se solicita, analizando en conciencia su generosidad con Dios y con la parroquia”.
En reiteradas ocasiones, el papa Francisco ha hecho mención sobre este tema. “Cuando los que están en el templo, sean sacerdotes, laicos, secretarios, que tienen que manejar la pastoral del templo, se convierten en negociantes, el pueblo se escandaliza. Hay dos cosas que el pueblo de Dios no puede perdonar: un sacerdote apegado al dinero o un sacerdote que maltrata a la gente. ¡Esto no lo perdona! Y el escándalo, cuando el templo, la Casa de Dios, se convierte en una casa de negocios, como el matrimonio: se alquila la iglesia”, dijo en una de sus homilías. Ecuador, sin embargo, no debe preocuparle al pontífice, el sacramento matrimonial no tiene costo. La que cuesta es la ofrenda.