May promete un nuevo Reino Unido en el mundo
Theresa May es, desde ayer, la primera ministra británica. La segunda mujer que ocupa el cargo, después de la también conservadora Margaret Thatcher. Asume una tarea colosal. Deberá negociar la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Theresa May es, desde ayer, la primera ministra británica. La segunda mujer que ocupa el cargo, después de la también conservadora Margaret Thatcher. Asume una tarea colosal. Deberá negociar la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), minimizando su impacto económico pero sin traicionar un claro mandato que ha prometido cumplir. Habrá de redefinir el lugar del país en el mundo, sus alianzas comerciales y estratégicas, su política migratoria, su propia realidad territorial. Y tendrá que diseñar su propio legado político que, como avanzó ayer en su primer discurso ante el 10 de Downing Street, pasa por unir a la nación y combatir la “ardiente injusticia” de la sociedad británica.
Dos comitivas se cruzaban a media tarde a las puertas del palacio de Buckingham. David Cameron, acompañado de su esposa y sus tres hijos, salía de palacio tras presentar su dimisión a la reina, y entraba Theresa May de la mano de su marido (más información en Expresiones). La nonagenaria Isabel II cumplía con el trámite por decimotercera vez en su reinado. Preguntaba a Theresa May si estaba en disposición de formar Gobierno y, ante la respuesta afirmativa de esta, confirmaba a May, de 59 años, como primera ministra británica.
Apenas veinte días han bastado a la maquinaria ‘tory’ para proporcionar al país una nueva primera ministra desde que David Cameron, derrotado en el referéndum europeo, anunciara su dimisión el pasado 24 de junio. El enigma ha acompañado a May hasta Downing Street. Lo que se ve, dicen quienes han trabajado con ella, es lo que hay. Una mujer seria y eficiente, poco amiga de las intrigas políticas.
Ayer, en el mismo atril desde donde se despidió Cameron unas horas antes, pronunció May su primer discurso como primera ministra. Empezó elogiando a su predecesor. “Sigo los pasos de un primer ministro grande y moderno”, manifestó, avanzando el sentido de un discurso corto pero esclarecedor.
El mensaje estuvo lejos de los cánones conservadores. Lo podría haber firmado, por ejemplo, Tony Blair hace 20 años. Recordó que el nombre completo de la formación que dirige desde el martes es Partido Conservador y Unionista. “Eso significa que creemos en una unión no solo de las naciones que forman Reino Unido sino de todos nuestros ciudadanos”, aclaró.
Theresa May abordó el gran reto que tiene ante sí Reino Unido. “Vivimos un momento importante en la historia del país y sé que estaremos a la altura del reto (...) Mientras abandonamos la Unión Europea, forjaremos nuestro nuevo, audaz y positivo lugar en el mundo”, aseguró.
La primera ministra tiene tres años y medio, antes de las próximas elecciones generales, para dejar su huella en el país. El referéndum europeo eliminó de la primera línea política a prácticamente todas las grandes figuras del Partido Conservador, excepto a May. Eso ha dejado un vacío de liderazgo pero, a la vez, le proporciona margen de maniobra. La primera ministra ha prometido rodearse de perfiles de todas las facciones del partido, y colocar a más mujeres en puestos importantes.