Un medico guayaquileno le da batalla al cancer
Sergio Enderica investigó sobre tumores de ovario en la Clínica Mayo, de EE.UU. Multiplicó para estudio el cáncer en ratones.
Sergio Enderica González llegó en el 2011 a la Clínica Mayo, uno de los centros médicos más importantes de Estados Unidos, y se convirtió en parte del equipo de investigación que logró constituir el banco de tumores de ovario más grande del mundo.
Enderica es guayaquileño y aunque apenas en junio obtuvo su título de médico, hace tres años ya exhibía su nombre en publicaciones científicas y en congresos internacionales. Tanto así que el mes pasado apareció citado en la revista Neoplasia, donde se publican los avances en temas de cáncer.
¿Pero cuál es la importancia de un banco de tumores? Es allí donde se buscan tratamientos, especialmente personalizados. Mucho más cuando se trata de cáncer de ovario en el que hay un alto número de posibilidades de que el paciente recaiga. “La recurrencia del tumor es de cerca del 70 %”, explica. Es eso lo que lo hace mucho más mortal y, cuando vuelve, suele ser resistente a las quimioterapias.
Su trabajo se centró en un laboratorio. Allí usaba pequeñas partes de tumores de pacientes y las colocaba en ratones para reproducir un cáncer similar en estos animales (ver infografía).
Ese primer paso fue clave porque al crecer el tumor en estos roedores se comprobó que eran casi idénticos a los de los pacientes de quienes se obtuvo esa mínima porción.
Entonces venía la fase más importante, aplicar en diez ratones, diez tratamientos distintos. ¿Para qué? Al tratarse de un cáncer con un alto grado de recurrencia, si el paciente que participó en el proyecto recae, podrá acceder al tratamiento que dio más resultados en los roedores. Las drogas todavía están en la fase de experimentación y en el banco hasta ahora hay más de 500 tumores.
Sergio Enderica se alista para iniciar su especialidad en Medicina Interna y aunque ya no está en la Clínica Mayo, no deja de mantenerse al tanto de los avances del proyecto, uno al que se unió luego de conocer a su mentor, Paul Haluska, en uno de los congresos oncológicos en Guayaquil, donde participaba como ataché. En Estados Unidos se unió a otro importante investigador, John Weroha.