Según médicos, el 2023 comenzará con otro aumento de influenza y COVID-19
Prevén que las nuevas subvariantes del virus eleven las reinfecciones. Y Salud prevé más afecciones respiratorias con el inicio de las lluvias
Ajenas al calendario que por estos días marca el fin de una etapa y el comienzo de otra, las enfermedades siguen un ciclo marcado por otros factores, como la aparición de nuevas variantes de los virus que las causan o de condiciones que ayudan a su propagación, como las aglomeraciones o el clima.
Para 2023, la vacunación contra la covid-19 se inclina hacia la focalización
Leer másPrecisamente, toda esta última combinación se produce en estos días y motiva a médicos consultados a esperar un comienzo de 2023 marcado por un alza de los casos de COVID-19 y afecciones respiratorias.
Aunque la buena noticia es que no se prevé, por ahora, un aumento proporcional de cuadros graves y fallecimientos.
De todos modos, hay un creciente consenso médico de que urge importar vacunas bivalentes, actualizadas a las nuevas variantes del SARS-CoV-2, para recuperar la eficacia de estas en la prevención de complicaciones y muertes, sobre todo entre personas más vulnerables.
Como han informado este Diario y otros medios, en noviembre se registró un nuevo aumento de COVID-19 en el país, combinado con un incremento de afecciones respiratorias, lo que derivó a su vez en un alza de atenciones médicas y llevó a las autoridades a retomar la obligatoriedad del uso de mascarillas.
El ministro de Salud, José Ruales, informó el viernes 23 de diciembre que ese aumento se frenó desde la segunda y tercera semana de diciembre: “Observamos que las condiciones epidemiológicas están estables, controladas y están a la baja en las provincias más grandes como Guayas, Pichincha, Manabí y Azuay”.
No obstante, esos datos eran anteriores a las reuniones y celebraciones de Navidad y Fin de Año. Por ello, en la entrevista con NotiHoy, Ruales hizo un llamado a que quienes tuvieran síntomas de afecciones respiratorias se abstuvieran de asistir.
Además, el ministro anticipó que el inicio de las lluvias en la Costa volverá a causar un repunte de la influenza y otras enfermedades propias de la estación.
“Observamos que las condiciones epidemiológicas están estables, controladas y están a la baja en las provincias más grandes como Guayas, Pichincha, Manabí y Azuay”.
Médicos que siguen la evolución del virus agregan a ello otro repunte de COVID-19 por la llegada al país de las nuevas subvariantes que en estos días predominan en Estados Unidos y varios países de Europa.
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Leer más“Se calcula que a fines de enero de 2023 tendremos un incremento de casos de COVID-19. Afortunadamente las subvariantes en crecimiento no tienen mayor hospitalización o muerte de forma significativa”, expresa el doctor Luis Zurita, especialista en medicina interna.
Pero advierte de que las vacunas monovalentes no tienen acción sobre ómicron y sus subvariantes, “de forma que si queremos un refuerzo de protección, debe ser con una vacuna bivalente, con la que hay una moderada protección”, añade.
“Las nuevas subvariantes son las que van predominando. La característica es que pueden tener la transmisibilidad de ómicron, pero la mortalidad y la probabilidad de complicaciones son bajas y eso es lo que parece que está sucediendo”, coincide el doctor Washington Alemán, especialista en infectología.
“Se calcula que a fines de enero de 2023 tendremos un incremento de casos de COVID-19. Afortunadamente las subvariantes en crecimiento no tienen mayor hospitalización o muerte de forma significativa.
Basado en lo ocurrido en estos dos años, apunta que los brotes y sus picos están relacionados con la movilidad humana y las aglomeraciones, como el reciente Mundial de Fútbol y estas fiestas de Fin de Año, que constituyen el principal factor de riesgo. “Por eso en el mundo en la época de diciembre existe un aumento de casos”, reitera.
Si bien no cree que a inicios de 2023 vayan a repetirse situaciones como la de comienzos de la pandemia, exhorta a no descuidar las recomendaciones de bioseguridad, a más de evitar sitios cerrados y, sobre todo, cuidar a los más vulnerables.