Los mejores debates presidenciales de la historia del Ecuador
Hasta la fecha, solo se han realizado cuatro debates televisados entre dos candidatos que se enfrentan en segunda vuelta
Los debates presidenciales son un pilar fundamental en las campañas electorales modernas en Ecuador. En teoría, constituyen espacios de confrontación directa entre los aspirantes a la ´Presidencia de la República, donde exponen sus propuestas, cuestionan las de sus adversarios y demuestran su capacidad de liderazgo ante el electorado. Su propósito fundamental es contribuir a una toma de decisiones informada y responsable en las urnas, fortaleciendo la democracia.
En los últimos años, estos encuentros han cobrado mayor relevancia gracias a las reformas al Código de la Democracia que los hicieron obligatorios. El Consejo Nacional Electoral (CNE) asumió la responsabilidad de su organización, estableciendo formatos para las elecciones generales de 2021 y las anticipadas de 2023. Sin embargo, estos han sido objeto de críticas, pues muchos consideran que no han permitido un debate profundo ni un auténtico contraste de ideas que enriquezca la discusión política.
El próximo domingo 19 de enero se llevará a cabo un debate presidencial obligatorio con 16 candidatos, organizados en dos franjas de ocho para garantizar una exposición más equitativa. Este evento abre la oportunidad de recordar y reflexionar sobre cuáles han sido los mejores debates presidenciales más en la historia de Ecuador.
El debate presidencial que pasó a la historia
A lo largo de la historia política ecuatoriana, ningún otro debate ha dejado huella en la memoria colectiva como el icónico encuentro del 27 de abril de 1984 entre León Febres Cordero y Rodrigo Borja. Este careo televisado, moderado por Alejandro Carrión y transmitido por cadena nacional, marcó un antes y un después en la percepción de los debates como herramientas de comunicación política.
La intensidad de los intercambios, las acusaciones cruzadas y la frase "¡Míreme a los ojos, doctor Borja, no me baje la mirada!" de Febres Cordero consolidaron su impacto en la campaña, sino también en el imaginario popular, que considera que estas contundentes palabras llevaron a Carondelet al entonces líder socialcristiano.
Desde el histórico encuentro entre Borja y Febres-Cordero, no se volvió a realizar otro debate presidencial voluntario entre candidatos que llegaran a una segunda vuelta. Las repercusiones electorales de aquel enfrentamiento desalentaron a sus sucesores de debatir sus ideas en transmisiones en vivo. Sin embargo, las reformas al Código de la Democracia revitalizaron los debates presidenciales, que ahora son obligatorios.
El debate que no fue llamado debate sino foro
En 2006, la Cámara de Comercio de Guayaquil organizó un foro que, aunque no fue un debate formal, reunió a varios candidatos presidenciales, incluidos los dos que llegarían al balotaje: Álvaro Noboa y Rafael Correa.
Ese evento dejó para la historia una de las frases más icónicas de la política ecuatoriana: "¿Cuánto paga de impuestos?", repetida insistentemente por Noboa, quien además acusó a Correa de ser financiado por Venezuela para llevar al país a una crisis similar.
En un momento memorable, Noboa lanzó su célebre expresión: "¡Esa sonrisa falsa! Por eso te vamos a enterrar en las urnas. Estás último, Correa". Sin embargo, la realidad fue otra. Rafael Correa no solo venció a Noboa en la segunda vuelta de 2006, sino que también lo superó en las siguientes dos ocasiones en las que sus nombres compartieron la misma papeleta electoral.
Otros debates
El 27 de mayo de 1978 se realizó el primer debate televisado entre candidatos a la Presidencia en primera vuelta, mientras se erigía el camino hacia el retorno a la democracia en Ecuador. Meses después, el 5 de febrero de 1979, se realizó el primer careo en segunda vuelta entre los finalistas Jaime Roldós y Sixto Durán Ballén.
Durante aquel debate, los candidatos estuvieron frente a frente en un ambiente tenso: Roldós partía como favorito, mientras que crecían rumores de un posible fraude militar a favor de Durán Ballén. Pese a las fricciones entre los interlocutores, el debate transcurrió con un nivel de altura y respeto propio de dos líderes preparados y con un trato caballeroso, característico de la época.
Tuvieron que pasar 37 años para que los ecuatorianos vuelvan a ver un debate entre dos candidatos finalistas. El domingo 21 de marzo de 2021 debatieron Guillermo Lasso y Andrés Arauz en un formato organizado por el CNE; al ser obligatoria su participación, los candidatos no tuvieron otra opción que asistir y debatir en vivo.
Para entonces, los debates presidenciales se habían adaptado a las demandas tecnológicas del siglo XXI. El impacto de los debates no solo radica en lo que ocurre en el escenario, sino también en el espacio virtual que los acompaña. Las redes sociales amplifican las ideas, los errores y los aciertos de los candidatos, generando conversaciones inmediatas y memes que refuerzan las percepciones del público.
La célebre frase "Andrés, no mientas otra vez" se convirtió en un punto clave que impulsó a Guillermo Lasso, otorgándole una ventaja decisiva que culminaría con su triunfo en las urnas semanas después. Este doble escenario, el físico y el digital, resalta la importancia de los debates como espacios fundamentales para construir narrativas y estrategias políticas efectivas.
En 2023, el debate de la primera vuelta captó mayor atención que el del balotaje, debido a la participación destacada de varios candidatos y a frases que rápidamente se viralizaron en redes sociales, transformándose en memes. Expresiones como "Repítame la pregunta" y la invitación de Yaku Pérez a Jan Topic para jugar un partido de voleibol dominaron la conversación pública, dejando huella en el electorado.
Analistas políticos destacaron que la sobresaliente actuación de Daniel Noboa en ese debate fue un punto de inflexión en su candidatura. Antes del evento, no figuraba entre los cinco primeros en intención de voto ni superaba el 5%. Su desempeño permitió que emergiera como una opción seria para los votantes y le permitiera después ser el presidente de la República, reforzándose así la percepción de que los debates son esenciales en una democracia.
Por ello, el debate presidencial del 19 de enero de 2025 podría ser fundamental para que los ecuatorianos conozcan a los candidatos, quienes tendrán la oportunidad de persuadir a la opinión pública con sus visiones para el futuro del país. La atención estará puesta no solo en las propuestas, sino también en la capacidad de los candidatos para enfrentar la presión y conectar con las preocupaciones de los ciudadanos.
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