Mercurio, prohibido pero en venta
En papeles está claro. Desde la reforma legislativa de 2013, la Ley de Minería prohíbe el uso del mercurio en esa actividad. El plazo de dos años para su eliminación terminó en 2015. Pero en la zona minera, al sur del Ecuador, este metal tóxico se puede comprar fácilmente. En el mercado negro se consigue hasta por $ 75 la libra.
Una investigación de Diario EXPRESO pudo constatar que el mercurio, altamente contaminante, aún se usa con regularidad para completar el proceso aurífero, tanto de forma artesanal como en las llamadas plantas de beneficio donde se procesa el oro. Esto, pese a los esfuerzos de la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom), que cuenta con 14 inspectores de campo para controlar más de 500 puntos mineros en El Oro, la provincia más afectada por la contaminación.
Este medio recorrió plantas donde el ahora ilegal uso del mercurio, que separa al oro del resto de elementos, tiene uso diario. Los herméticos dueños de las plantas de beneficio aceptan que han encontrado formas de esquivar el control.
¿Cómo lo hacen? En una de las plantas de beneficio a la que este Diario tuvo acceso, el área de uso de mercurio está apartada, bajo candado, sin letreros y con una rigurosa vigilancia de ingreso: limitada al dueño y empleados de confianza.
“Cuando llegan ellos (los de Arcom) y nos hacen abrir esa área, solo les decimos que las máquinas ya no se utilizan”, confiesa el dueño de una de las 82 plantas de beneficio de la zona, que pide no ser citado.
El tema se trata con este secretismo desde que su uso se prohibió a raíz de un estudio del centro internacional Mercury Watch, que en 2013 ubicó a Ecuador como el cuarto país que emite más mercurio en el mundo. Se calcula que 50 toneladas del tóxico terminan en el ambiente nacional cada año.
Pero no se trata solo del proceso industrial. En la minería artesanal se repite el escenario. Rubén Aguilar, dedicado a la actividad desde hace dos décadas, reconoce el problema: “Aquí todos usan mercurio y cianuro. Los desperdicios se tiran al río de noche, de día. Sería un milagro de Dios que eso cambiara. Los que digan que no se usa, mienten”, asegura, temeroso de la repercusión de sus palabras.
Las autoridades obligadas a detener el uso de mercurio reconocen que se enfrentan a una tarea “difícil”, según José Torres, coordinador general de Arcom. El Ministerio de Minería reportó 141 operativos, en 2015, contra la minería ilegal. Pero no especificó cuántos son parte del control a un elemento que pone en peligro a una zona con 80.000 habitantes.
La presencia del control, de hecho, ha generado nuevos y preocupantes problemas. La alcaldesa de Portovelo, Paulina López, reconoció para este reportaje que las regulaciones han empujado a los mineros a utilizar mercurio en sus casas y a quemarlo en sus cocinas: “Es más preocupante, porque están contaminando a sus familias. Hemos tenido denuncias de Ambiente... Pero es complicado (controlarlo) porque lo hacen por las madrugadas”.
El equipo de EXPRESO pudo corroborar cuán fácil es conseguir mercurio. “Usted va por la iglesia, abajito pregunta y consigue. $ 65 vale la libra. También puede ir a El Pache, que es donde están las plantas de beneficio. Allá le venden a $ 75”, detalla el testimonio del minero Patricio Aguilar.
Así sucede. Ya sea en las tiendas de minería, bajo pedido o en el mercado central de Zaruma -donde un ojeroso ‘Videlita’ lo distribuye en botellas de cola pequeñas-, el mercurio es fácil de conseguir pero difícil de detectar: es inodoro y entra en recipientes que caben en la palma de la mano.
Incentivados por la prohibición, los contrabandistas han encontrado un jugoso negocio traficando con un metal que puede resultar mortal. Rodrigo Figueroa, fundador de Asociación de Mineros Morancay, asegura que el tóxico “entra por contrabando desde Perú y Colombia” para satisfacer la necesidad de la zona minera del sur, que puede alcanzar las dos toneladas mensuales. La caneca de mercurio, que antes podía pagarse a $ 1.000, ha multiplicado su precio por cuatro.
Las autoridades dicen poco. O no dicen. La Arcom asegura que “el tema del contrabando se escapa” de sus manos. El Ministerio del Ambiente tiene activo un programa denominado Cero Mercurio, pero no respondió a este diario sobre sus avances. Y la cartera de Minería, que asegura haber capacitado a cientos de mineros, se limita a resumir que “se han realizado varios esfuerzos”. Pero agrega que “aún hay mucho trabajo que hacer”.
Nada de eso ha evitado que el mercurio siga corriendo.
Kevin Telmer
Consejo Mundial de Minería Artesanal
La minería a gran escala y la artesanal son distintas. En el pasado las grandes compañías usaban mercurio, pero lo abandonaron por un proceso más eficiente. Eso también es posible para los artesanales. ¿Por qué no lo hacen? Tiene que ver con el sistema con el que se maneja la industria: el dueño y los mineros. Este comportamiento perpetúa el uso del mercurio para que los dueños mantengan ventaja sobre los mineros pequeños porque no es eficiente para obtener oro. Así que el dueño de la procesadora deja que los mineros colecten el oro que pueden con mercurio, siempre y cuando les dejen los residuos a los dueños. De allí es posible obtener el 70 % del oro. Los mineros se quedan con el 30 % restante.
“¿Qué, le tienen miedo al mercurio? ¡Tóquenlo!”
En un cuarto apartado donde aún manipulan el mercurio sin guantes, con una camiseta en la nariz como mascarilla, el dueño de la planta quiere volver vívida la muestra: “¿Qué, le tienen miedo al mercurio?”, dice. Y ordena con amabilidad: “¡Tóquenlo!”. En la palma de la mano, el metal se moldea como una bolita de plastilina pesada e inofensiva. Pero no. Es tóxico e ilegal.
Paso a paso
1.- El proceso inicial
Las plantas de beneficio dejan 20 toneladas diarias de rocas en 100 kilos de cianuro.
2.- El cianuro
Para contrarrestar su toxicidad, el sobrante -lanzado a una piscina de 1.200 m3- debería diluirse en ocho galones de peróxido de hidrógeno. Pero solo se usan cuatro.
3.- El mercurio
El material ha quedado reducido a 250 kilos, que son procesados en cilindros gigantes con dos libras de mercurio durante doce horas.
4.- La contaminación
Las plantas reutilizan el agua contaminada hasta por un mes. “Luego se echa al río”.
Blanca Moncada Pesantes y Andersson Boscán Pico